En la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, en la noche más santa de todas las noches, se celebró la Vigilia Pascual celebrando la resurrección de Cristo.
La celebración estuvo presidida por el rector Porfirio Ramírez y concelebrada por todos los sacerdotes de la comunidad religiosa orionita del santuario.
La liturgia comenzó en el atrio del templo con la bendición del fuego nuevo y del cirio pascual de la Basílica y también los cirios de las capillas que conforman la parroquia de Itatí, momento que estuvo a cargo del padre Derlis Sosa.
Luego se realizó la procesión ingresando al templo en donde todos los feligreses encendieron sus cirios para escuchar el Pregón Pascual que fue proclamado por el niño Juan Ignacio Acevedo Pasarello.
Después continuaron las lecturas y se cantó el Gloria mientras sonaban las campanillas del interior del templo y las campanadas afuera del santuario anunciando al pueblo la resurrección de Jesús.
El Evangelio fue proclamado por el padre Eduardo Pasteris quien además tuvo a su cargo la homilía.
Continuando con la liturgia propia de esta celebración, el padre Fernando Guevara bendijo el agua nueva, y se renovaron las promesas bautismales, tras lo cual los sacerdotes asperjaron a los fieles con el agua recién bendecida.
La santa Misa continuó como de costumbre y luego de la comunión se realizó el saludo solemne a Nuestra Señora, para ello fue ingresada en andas la imagen réplica de la Virgen de Itatí vestida de blanco, el padre rector antes de este momento dijo: “queridos hermanos, en esta noche, la más santa de todas las noches, hemos velado celebrando la Pascua del Señor: el hecho que coronó la espera de la Virgen y trajo la salvación a todos los hombres. Es justo pues que, según la tradición de los Siervos de María, nos alegremos con la Madre por la resurrección del Hijo. Por tanto, como hemos contemplado a Cristo y a María unidos en la pasión salvadora, ahora, santificados por la celebración de los divinos misterios, felicitemos al Hijo y a la Madre unidos en el gozo pascual”.
Los fieles recibieron a la imagen de María de Itatí con los cirios en alto mientras se cantaba la “Salve”.
Para finalizar, los sacerdotes impartieron la bendición y saludaron a los presentes en el atrio.
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