Primera lectura: Libro de Job 7,1-4,6-7; Segunda lectura: 1 Cor 9,16-19.22-23; Evangelio: San Marcos, 1,29-39.
El libro de Job es "una parábola", es decir una enseñanza en la que a lo largo de toda esta trayectoria se nos muestra al " hombre de la paciencia", ante todas las pruebas que la vida le pone, Job permanece "paciente".
San Pablo ha tomado muy en serio la Palabra de Cristo y exclama "Ay de mí si no predicara el Evangelio", él siente que una vez conocida la Palabra de Dios no podemos guardarla. Esa Palabra es para asumirla, enamorarse y vivirla. De esto se desprende que el que se enamoró de Jesús no lo puede esconder, lo debe mostrar. Una madre no esconde al hijito que dio a luz, lo muestra hasta cansarse.
Hermanos, Pablo nos llama a predicar la Buena Noticia, ser apóstoles y misioneros. El Documento de Aparecida del año 2007, donde intervinieron obispos de toda América Latina y el Caribe, donde participó el Cardenal Jorge Mario Bergoglio y nuestro Arzobispo Andrés Stanovnik, ccmo secretario general, pide a gritos "el anuncio del Evangelio". Con San Pablo podríamos gritar “perdóname Señor por callar tu Palabra”.
San Agustín decía “debemos orar como si todo dependiera de Dios, pero trabajar como si todo dependiera de nosotros".
El Evangelio, nos muestra la caridad amorosa de Jesús para con todos, especialmente los enfermos, se acerca, los toma de la mano, los levanta, no se margina por el contrario sabe que esa es su misión.
Bien, faltan 10 días para comenzar la cuaresma, tomemos una birome y papel y anotemos, qué enfermo, marginado, carenciado vamos a visitar como lo que es el mismo Jesús, con quién estoy peleado o guardo rencor para ir a pedir perdón y reconciliarme.
El Papa Francisco nos pide que hagamos un camino interior de purificación, una purificación que nos lave de toda culpa.
(Colaboración del padre José Quintana Peña fdp)
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