Por Silvio Geraldo Lovato
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| Dr. Francisco Baião, el médico del pueblo. |
Entre las personas que recuerdo y que resultaron ser famosos por su trayectoria son: el Dr. Juan Carlos García, médico; el Dr. Gaspar Bonastre, juez federal y escritor; Chichín García, médico; el Dr. Francisco Baião, médico; doña Elena Vila de Baião, ex intendenta; Juan González Vedoya, periodista del diario La Razón de Buenos Aires; y sus hijos Cacho y Potocho, el primero poeta y escritor, y el segundo médico pediatra; don Zacarías Ayala, quien poseía una gran carpintería donde se fabricaban todo tipo de muebles y aberturas, pero se destacaba en la construcción de lanchas y canoas de maderas; también don Francisco Lovato con su arrocera y molino arrocero.
Luego de dedicarse a la plantación de arroz en la localidad de Itatí, Francisco Lovato se trasladó a Ramada Paso, donde continuó con sus actividades agrícolas, dando trabajo a numerosas familias de la zona que luego se beneficiaron con las jubilaciones. La actividad arrocera finalizó en el año 1966, debido a su edad avanzada.
El señor Luis Genghammer continuó con la actividad arrocera en el campo del Santuario que el señor Lovato había dejado.
También recuerdo las primeras farmacias, eran de un señor Estigarribia y Gurrera. Las estaciones de servicio del señor Escolástico Torres y de don Tata (Isaac Ramón Niella).
El teatro de títeres que organizaba la señora Clotilde Niella de Azcoaga, al cual pertenecí en mi infancia y del que tengo gratos recuerdos por las representaciones que hacíamos al público.
Estaba también doña Erminia que ejercía la profesión de partera. Era la única del pueblo. Además doña Dominga, una enfermera dedicada al 100% de su profesión.
Don Francisco Roch Llorens (Don Paco), que siendo intendente diagramó la actual plaza Bolaños, plantó los árboles de naranja que aún existen. Fundó la santería del Santuario, cuyo producto de las ventas se destinaban a pagar a los maestros de la Escuela Parroquial.
Entre las carnicerías que funcionaban eran la de don Benito González, la de don Galo y la de don Gómez.
La primera ambulancia que se destinó al hospital fue un Rastrojero diesel, fabricado por IME (Industrias Mecánicas del Estado), hacia fines de la década del ’60.
No quiero olvidarme del señor Estanislao Jonusas, que también era comerciante y los días que jugaba su cuadro de fútbol, Independiente, todo el pueblo lo sabía, pues batía un tambor de 200 litros que se escuchaba a lo lejos.
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