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miércoles, 20 de enero de 2021

Mango

Unos humildes versos para ese árbol tan noble y de sabrosa fruta, que es el mango, ahora que estamos en plena temporada.


Con sus verdes lenguas brillosas 
lame la blanca luz/ 
la azucarada piel el Fruto Supremo 
que pende en lo más alto, 
y con el caliente jugo amarillo 
amamanta a sus retoños/ 
pequeños soles creciendo 
acurrucados en su frondoso follaje. 

En tiempos de Pomberos y Poras, 
en la silente siesta pueblerina, 
cuando el Sol apuñalaba 
mis ojos -aun transparentes- 
con sus dagas de plata 
rebotando en la arena, 
-solitario- aceché su dorado tesoro, 
el denso mosto fermentado 
por Enero en su alambique estival. 

Mas, impasible era el fruto 
a la infantil impaciencia 
que clamaba sus dulzores, 
e intrépido trepé -mil veces- 
tus precipicios. 

Igualé al Karayá, en el primitivo oficio/ 
el prensil arte de colgar de los vientos, 
y vencí al Chový más goloso 
en sus propios dominios turquesa. 
Todo, por pintarme la cara y el alma 
inocente de tu anaranjada alegría, sabrosa. 

¡Árbol bendito, bendito Mango!, 
brazo fuerte que surge de la tierra 
y con la mano abierta se eleva 
para obsequiar sus dones junto al cielo. 

¡Árbol bendito, amigo Mango!, 
ayer, en tu palma segura reposé la menudez 
de mi recién estrenado ser, 
y ahora, -que el otoño deshoja mi copa, 
ya azotada por tantos temporales- 
bajo las caricias de tus viejos dedos, 
el recuerdo del tiempo aquel degusto, 
el del gusto a tu zumo, hoy, 
con sumo gusto evocado. 

@elpoetaoculto845

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