Queridos Reyes Magos:
Todos los años, cuando llegan estas fechas, mi pensamiento se vuelve hacia ustedes. Y, junto con él, mi corazón me va dictando una serie de deseos que quisiera que se hagan realidad.
-Dejen en el mundo una ESCOBA: Para barrer todo lo que suene a violencia. Que no quede ni un solo rincón en las personas con resquicio de rencor u odio.
-Traigan una multitud de bolsas de JABÓN: Para limpiar nuestro "Ser cristiano" de todo aquello que, la sociedad, va imponiendo como normal y lógico.
-Echen en los ojos de todos los hombres y mujeres COLIRIUM: Para que los unos a los otros, lejos de vernos como adversarios, sepamos contemplarnos y respetarnos como hermanos.
-Escondan debajo de las almohadas de los que les esperan: SUEÑOS. Nunca, como hoy, tenemos abundancia de bienes para vivir y, nunca como hoy, hemos perdido los ideales por los cuales luchar.
-En un rincón del corazón de las personas derramen toneladas de AZÚCAR: Las prisas, los agobios, los trabajos, el afán de superación, nos está convirtiendo en autómatas. Escasamente nos miramos a los ojos. ¡Necesitamos un poco de dulzura!
-Si en sus sacos o bolsas existen, solicitamos que nos proporcionen unas LIMAS: Cada día que pasa, y por diversas circunstancias, los tropiezos, las dificultades, los roces, hacen que nos distanciemos y que se acrecienten las diferencias. Necesitamos suavizar las discrepancias!
-Traigan abundantes y grandes TIJERAS: Para cortar todo aquello que no es positivo en nosotros. Para confeccionar un traje con la etiqueta del amor, con los botones de la esperanza y de la caridad.
-Que sus equipajes nos transporten un poco de ALEGRÍA: Es un bien muy escaso. Es tan invisible que, en el mundo donde vivimos, no lo percibimos. La necesitamos para volver a sonreír!
-Todos los años les dejamos en el balcón o en la ventana nuestros calzados: En el presente año dejen unos ZAPATOS CELESTIALES. De tal manera que caminemos por las sendas de la verdad, de la justicia y del perdón.
-Si además añaden un ABRELATAS para abrir nuestro corazón a Dios y un IMPERMEABLE para protegernos de las tormentas que descargan contra nuestras convicciones religiosas, de esta forma quedaré como si fuera un niño y altamente agradecido.
(Colaboración del padre Juan José Mettini fdp)
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