Con esta festividad, cerramos el tiempo de Navidad. El 29 de noviembre se comenzaba el Adviento, advenimiento, preparación a la venida de Jesús.
Durante ese tiempo los Profetas, nos hacían reflexionar sobre la venida en el tiempo del Señor. A partir del 17 y hasta el 24 de diciembre, la meditación era más firme, Juan el Bautista, José, María. Así el 25 celebrábamos al "Dios con nosotros", nacido en la humildad de Belén, Santa María Madre de Dios, la Sagrada Familia, la Epifanía o manifestación de Jesús, "Hijo muy querido, en tí tengo puesta toda mi predilección". Dios nos dice no duden Él es el enviado, el prometido desde toda la eternidad.
BAUTISMO. Dentro de nuestro cuerpo están, los intestinos, hígado, riñones, corazón, y otros órganos, cuando algo anda mal, nosotros no nos sentimos bien, nuestro movimiento se convierte en más lerdo. Cuando somos bautizados, entramos a formar parte del "cuerpo de Jesús", lo que denominamos "Iglesia", cuando incurrimos en el pecado, sea el que fuere, hacemos que la "Iglesia" camine de modo más lento (algo parecido al cuerpo). San Pablo, nos dirá "basta de borracheras, adulterio, mentiras, egoísmo, criticas, etc,..." esto frena como decíamos el caminar del Pueblo Santo.
Además el bautizado está sumergido en el cuerpo de Cristo, y el día de nuestro bautismo, sin duda se escuchó en el cielo "este es mi hijo muy amado", si tomamos conciencia de todo esto, y lo ponemos en práctica, sin duda alguna que nos convertimos en un eje positivo, para el mundo. La Iglesia caminará más rápidamente. ¿Qué hacer entonces?, poner buena voluntad, esfuerzo personal, frecuentar la lectura de la Biblia, los Sacramentos, y la oración personal y fundamentalmente la familiar. Hablar de Dios a los niños y jóvenes, ellos son "Iglesia".
(Colaboración del padre José Quintana Peña fdp)
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