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miércoles, 17 de mayo de 2017

Fervorosa celebración por la fiesta mensual de la Virgen y el día de San Luis Orione

En la jornada del 16 de mayo se realizaron los festejos de la Virgen de Itatí y Don Orione con procesión y misa.


Como cada 16 se llevó a cabo la fiesta mensual en honor a la patrona de Corrientes que en este mes coincidió con la festividad litúrgica de San Luis Orione.

Por la tarde se realizó la procesión alrededor de la plaza Fray Luis de Bolaños portando la imagen peregrina de María de Itatí y la de San Luis Orione que estuvo acompañado por niñitos vestidos de angelitos.

De la celebración participaron alumnos de la Escuela Parroquial Mons. Niella y del Pequeño Cottolengo e Instituto Especial Don Orione.

Presidió el rector del santuario, padre David Penzotti, y acompañaron esta manifestación de fe los grupos y asociaciones parroquiales con sus estandartes y numerosa feligresía. Al finalizar se celebró la eucaristía en la Basílica.

Además, en la fiesta de la Virgen y Don Orione, la Escuela Parroquial realizó una marcha por las calles de la localidad y los alumnos del nivel secundario visitaron el Pequeño Cottolengo.

La celebración de San Luis Orione se realiza hace 13 luego que el 16 de mayo de 2004 el papa Juan Pablo II canonizara al Apóstol de la Caridad en la plaza San Pedro en el Vaticano.

Un santo que pisó la tierra de María
Este año se cumplen 80 años de la visita de Luis Orione a Itatí, hecho que se produjo el 27 de junio de 1937.

Don Orione emprende su viaje hacia el norte de nuestro Litoral, después del 18 de junio. Desde el puerto de Buenos Aires, zarpa en el “Vaporcito Artigas” sobre el Paraná rumbo al Santuario de Itatí, con escalas en Barranqueras, Sáenz Peña, Resistencia y Corrientes Capital.

Cuenta que el viaje desde Corrientes hasta Itatí fue largo, “de tres horas de duración, con muchos golpes y sacudidas por el mal estado del camino, que le percutían en los riñones. Él lo comparaba “con la montaña rusa”.

Finalmente llega al santuario. Allí se le fue el cansancio y el dolor de riñones. Dirá: “todo desapareció cuando entré. La iglesia estaba repleta de devotos. Me arrodillé en el fondo del publicano y sentí toda la felicidad de encontrarme en la casa de la Virgen”. 

Pasó dos noches en Itatí. Confía a la Virgen sus hijos. Saluda y se despide antes de volverse para Italia y que lo hará desde Buenos Aires diciendo: “quizás no nos volvamos a ver”. Partió a las una de la madrugada, dejando el puerto de Itatí. Hacía dos años que estaban los orionitas en Itatí.





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