En el año 1956, Gonzalo del Corazón de Jesús “Pocho” Roch ya tocaba chamamé con guitarra eléctrica y en cuanto a innovación, se lo puede considerar en nuestra música lo que Piazzolla en tango. Unos años más tarde, en 1970, el cantautor nacido en Itatí, compuso una de sus canciones más representativas, “Pueblero de allá ité”, (de allá lejos, en guaraní), tema que cobró difusión desde entonces y fue interpretado por distintas voces; por ejemplo la de Jairo, que la eligió para presentarse ante el público correntino en la Fiesta Nacional del Chamamé.
“Cuando la compuse, yo tocaba la guitarra en una orquesta que hacía música internacional, The Pockers. Trabajaba en el Departamento de Construcciones de la Universidad Nacional del Nordeste y a la tarde en el estudio del arquitecto Luciano Rodríguez, prácticamente mi día estaba completo, sumando a la familia como indispensable.
Ese día precisamente, llegué casi al amanecer de un baile en el Club Regatas y estaba tomando unos mates en el auto, esperando que abran las oficinas donde tenía mi escritorio, cuando me vino la melodía desde el alma, recordando mi vida en Itatí donde aprendí a ser poeta”, cuenta.
“De allá ité, donde mi infancia iba aprendiendo de tu gente/ su sencillez y el saludo igual de siempre”, en la metáfora de Pocho Roch, que se valió de estas imágenes entronizadas en su sensibilidad de niño-hombre para relatar las cosas de su pueblo como testimonio.
“Como no tenía grabador, me pasé la mañana escribiendo la letra y memorizando la música hasta llegar a casa y volcar ambas a la guitarra. Eran más de 20 estrofas y trabajé sobre la síntesis de la canción que una vez concluida, se presentó y ganó el Concurso “Canción Nueva”. Con orquestación dirigida por el maestro Carlos García y voces de Rosendo y Ofelia, pasó al estudio de grabación.
Fue Quique Sorribes quien la cantó para mi disco “De allá ité” y fueron muchos más los artistas que la incorporaron a su repertorio, como Mercedes Sosa por ejemplo. Creo que Jairo habrá escuchado esa versión y fue una satisfacción enorme cuando vi su actuación en el Cocomarola, porque lo admiro desde siempre”, señala Pocho.
“En ese pueblo de allá ité tuve una infancia feliz, a pesar de que a las 12 de la noche se apagaban las luces y uno debía recurrir al farol o la natural luz de la luna, las reuniones con mis padres, con mis amigos serenateros todos, Potocho y Pepe González y un chiquito de piernas largas, Cacho González Vedoya, pasé momentos inolvidables, que se volvieron eternos en estas canciones, que han llegado a Japón y Chile, a Alaska y Tierra del Fuego”.
“De allá ité, donde la noche poriajú (pobre) no tiene penas/ porque se enciende un chamamé por cada estrella”, canta Pocho desde su casa, con el mate recién cebado en la mañana del viernes”.
MONI MUNILLA.
Diario El Litoral
“Cuando la compuse, yo tocaba la guitarra en una orquesta que hacía música internacional, The Pockers. Trabajaba en el Departamento de Construcciones de la Universidad Nacional del Nordeste y a la tarde en el estudio del arquitecto Luciano Rodríguez, prácticamente mi día estaba completo, sumando a la familia como indispensable.
Ese día precisamente, llegué casi al amanecer de un baile en el Club Regatas y estaba tomando unos mates en el auto, esperando que abran las oficinas donde tenía mi escritorio, cuando me vino la melodía desde el alma, recordando mi vida en Itatí donde aprendí a ser poeta”, cuenta.
“De allá ité, donde mi infancia iba aprendiendo de tu gente/ su sencillez y el saludo igual de siempre”, en la metáfora de Pocho Roch, que se valió de estas imágenes entronizadas en su sensibilidad de niño-hombre para relatar las cosas de su pueblo como testimonio.
“Como no tenía grabador, me pasé la mañana escribiendo la letra y memorizando la música hasta llegar a casa y volcar ambas a la guitarra. Eran más de 20 estrofas y trabajé sobre la síntesis de la canción que una vez concluida, se presentó y ganó el Concurso “Canción Nueva”. Con orquestación dirigida por el maestro Carlos García y voces de Rosendo y Ofelia, pasó al estudio de grabación.
Fue Quique Sorribes quien la cantó para mi disco “De allá ité” y fueron muchos más los artistas que la incorporaron a su repertorio, como Mercedes Sosa por ejemplo. Creo que Jairo habrá escuchado esa versión y fue una satisfacción enorme cuando vi su actuación en el Cocomarola, porque lo admiro desde siempre”, señala Pocho.
“En ese pueblo de allá ité tuve una infancia feliz, a pesar de que a las 12 de la noche se apagaban las luces y uno debía recurrir al farol o la natural luz de la luna, las reuniones con mis padres, con mis amigos serenateros todos, Potocho y Pepe González y un chiquito de piernas largas, Cacho González Vedoya, pasé momentos inolvidables, que se volvieron eternos en estas canciones, que han llegado a Japón y Chile, a Alaska y Tierra del Fuego”.
“De allá ité, donde la noche poriajú (pobre) no tiene penas/ porque se enciende un chamamé por cada estrella”, canta Pocho desde su casa, con el mate recién cebado en la mañana del viernes”.
MONI MUNILLA.
Diario El Litoral
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