El pasado 15 de julio, durante el Festival de la Fe del Peregrino, se entregó el Premio María de Itatí a cuatro miembros de la comunidad itateña, en reconocimiento por su labor y servicio en el santuario de la Virgen.
El premio instaurado en 2011 se entrega cada 15 de julio en el Festival de la Fe del Peregrino, que se realiza como antesala de la salida y saludo a la Virgen de Itatí a la medianoche, en el inicio del 16 de julio en que se celebra el aniversario de su coronación pontificia.
En la edición 2016 se reconoció por la labor y servicio en el santuario a Juan Simón Ayala, Blás Molina, Miguelina Quintana y Norma Cáceres, quien falleció días después, el 23 de julio.
En ediciones anteriores habían recibido esta distinción Pocho Roch (2011), el padre Julián Zini (2012), Mario Bofill (2013), Julio Cáseres (2014) y Lilián Hebe Marcomini de Niella (2015).
Entre los premiados de este año se encuentra Blás Molina, el último de los sacristanes y “campaneros” de la Basílica de Nuestra Señora de Itatí.
Don Molina junto con el ya fallecido Eustaquio Aranda conformaban la dupla de sacristanes del santuario que tenían además la misión de hacer sonar las campañas que se encuentran a lo alto del templo, y lo hacían para avisar el comienzo de las misas, el mediodía, las tres de la tarde y las ocho de la noche.
Además los repiques de las campanas anunciaban la llegada de peregrinaciones o el “doble” el fallecimiento de un compoblano. En la década del ’90 las antiguas campanas del santuario de Itatí fueron suplantadas por un sistema electrónico, que aún se utiliza.
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