Organizado por la Municipalidad de Itatí y la Escuela Fray Luis de Bolaños se celebró la misa en la capilla de la Virgen del Rosario de San Nicolás por el héroe de Malvinas.
La celebración eucarística fue presidida por el padre Juan de Rosa Ríos Velázquez, sacerdote de la Basílica, y contó con la participación de ex combatientes de Malvinas, autoridades locales, alumnos y docentes de la Escuela Nº 177 Fray Luis de Bolaños y miembros de la comunidad.
ORACIÓN
Señor Dios, Padre y Creador nuestro, tú permitiste que los hombres de organizaran en naciones, para dominar ordenadamente el mundo y sus recursos, para ejercer la fraternidad entre sí.
En tu amor infinito nos donaste la libertad de decidir nuestro propio destino.
El mal uso que hacemos de esta libertad nos ha llevado a desencuentros y guerras; guerras irracionales como la de Malvinas.
Las guerras son estallidos de odio que matan el amor, que es tu mandamiento.
La guerra se lleva la vida de los más inocentes de nuestros hermanos; y dejan a muchas más con heridas en el cuerpo y en el alma.
En Malvinas se apagaron centenares de jóvenes, vidas argentinas.
Entre ellas está la de Guillermo, que hoy habría estado festejando su cumpleaños 53.
Padre Dios misericordioso, por los méritos de nuestro Redentor, tu amadísimo hijo Jesús, te pedimos tengas a Guillermo en tu gloria eterna. A él y a todos los jóvenes que murieron en la guerra de Malvinas, concédele la vida de luz y descanso que prometes para quienes creen en tu palabra, hasta la hora del regreso de tu divino hijo, en la que brillan tu verdad con la esperanza cumplida de la resurrección.
Ahora te pedimos nos asistas con el Santo Espíritu para que cada uno de los que aquí estamos, sepamos construir la paz que posibilita la solidaridad y el amor, siguiendo tu mandamiento, comenzamos en nuestra familia, en nuestro barrio, en nuestro pueblo de Itatí y en nuestra patria Argentina, pronto a cumplir doscientos años de su independencia.
Concede tu espíritu de consuelo y perdón a la familia de Guillermo, y a los ex combatientes que por siempre llevarán el recuerdo estruendoso de esos nefastos días de guerra.
Acepta nuestra gratitud por habernos permitido presentarnos hoy aquí en este templo, y haznos sentir tu bendición de misericordia. Amén.
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