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martes, 4 de abril de 2023

La Cofradía de la Virgen Dolorosa en Itatí

En marzo de 1997, por iniciativa del entonces párroco y rector de la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, padre Miguel Cacciutto, se invitó a través de los avisos parroquiales a las damas que desearan integrar la Cofradía de la Virgen Dolorosa, con motivo de la proximidad de la Semana Santa.


El único requisito, para integrar el grupo, consistía en una inscripción con un aporte voluntario para contribuir a la adquisición de medallas para las cófrades, y la sugerencia de vestir el color negro acompañando el luto de María. Fue así como se registraron aproximadamente quince personas, cuyas edades oscilaban entre 17 y 60 años.

Así, el Viernes de los Dolores, durante la Misa de las 19 horas, cada cófrade recibió una medalla de plata con el rostro de la Madre Dolorosa acompañada de una cinta de raso color púrpura. En esa ocasión, durante la ceremonia el padre Cacciutto brindó una breve reflexión acerca del significado de la conformación de la Cofradía.

Una semana después, horas antes de comenzar el Vía Crucis por las calles de Itatí, nuevamente el padre Miguel convocó a las cófrades para acordar ciertos criterios a tener en cuenta al momento del recorrido.


Las pautas eran variadas, desde simples detalles como la alineación por orden de estatura para evitar entorpecimientos al caminar, el ritmo de la marcha siguiendo la tradición española (que imita el peregrinar de María entre la multitud) y el gran significado que conlleva portar la imagen de la Madre del Salvador. También se instó a las cófrades a mantener una postura acorde al misterio que se vive en este tiempo litúrgico, y de esa forma acompañar a la Madre de Jesús en su angustioso peregrinar junto a su Hijo, por último se sugirió realizar el signo de caminar descalzas durante el Vía Crucis como penitencia y entrega a Cristo Crucificado.

Ese Vía Crucis, fue el primero en el que estuvo la imagen de la Virgen de los Dolores, luego de muchos años, y marcó un hito respecto de la figura de la Madre de Jesús, que volvió a recorrer las calles el Viernes Santo. Al finalizar el Vía Crucis se realizó la Cantata junto al Sepulcro interpretada por el entonces Coro Polifónico de la Basílica, lo que contribuyó aún más a contemplar y acompañar el dolor de María.

Al año siguiente, con la proximidad de la Semana Santa, nuevamente se invitó a través de los avisos parroquiales a todas las damas que quisieran sumarse a la ya conformada Cofradía. De esta manera se duplicó el número de integrantes, no solamente con señoras y jóvenes itateñas, sino además con las venidas de otras partes de la provincia de Corrientes.

También se invitó a conmemorar los Dolores de la Virgen por medio de una procesión alrededor de la plaza Fray Luis de Bolaños, el Viernes Santo a las 8 de la mañana.


Además, el Sábado de Gloria, antes de finalizar la celebración de la Vigilia Pascual, algunas integrantes de la cofradía portaron a la misma imagen de la Madre Dolorosa pero vestida con atuendos blancos, celebrando la Resurrección de Cristo.

Los años fueron pasando y las integrantes se fueron sumando, actualmente resulta dificultoso tener la cifra exacta sobre la totalidad de mujeres que acompañan a María en el Vía Crucis del Viernes Santo por las calles de Itatí, debido a que numerosas mujeres llegan no solo desde otras localidades de la provincia de Corrientes, sino también de distintos puntos del país.

También las cófrades se encargan de transportar y custodiar a la imagen de la Madre Dolorosa en el Vía Crucis que se realiza todos los Viernes de los Dolores desde el Empalme de las rutas 12 y 20 hasta la Basílica.


Recordamos a las cófrades que ya han partido, Amalia Escobar, Lidia Alegre, Cornelia Alcaraz, María Cornelia Barrios, y a los hombres que colaboraron en portar la Cruz en el Vía Crucis del Empalme, Juan Parra, Carlos González y Luis Pinedo.

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