«Nos ha amanecido un día sagrado: venid, naciones, adorad al Señor, porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra»
Con María, José y los pastores, con los magos y los humildes adoradores del Niño recién nacido, dejemos todos que la luz de este día se difunda por todas partes, que entre en nuestros corazones, alumbre y dé calor a nuestros hogares, traiga serenidad y esperanza a nuestro querido Itatí, para que podamos construir un pueblo mejor para todos, y conceda al mundo la paz.
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