Se cumplen 30 años de la inundación de 1983 que ha quedado en la historia de Itatí como una de las más grandes del último siglo; también pasaron 15 años de la que le siguió en magnitud, la registrada en 1998.
El pueblo de la Virgen sufrió las consecuencias de la mayor y extensa crecida del río Paraná, cuyas aguas llegaron hasta la línea que conforma la calle obispo Niella, siendo uno de los edificios más perjudicados el del viejo hospital “Nuestra Señora de Itatí”, como así también parte del cementerio “San Francisco de Asís”.
El 17 de julio de 1983, se registró el máximo nivel de las aguas del Paraná en Itatí, llegando a la altura de 10,13 m, según el hidrómetro local.
La crecida de 1982-83 y luego la de 1998, en la cuenca del Plata fue el resultado de una conjunción de factores climáticos anómalos (La corriente del “Niño”), particularmente el desplazamiento hacia el sur de las precipitaciones, las intensas lluvias registradas en 1982 que contribuyeron a saturar la cuenca y las grandes anomalías positivas en las precipitaciones en la cuenca superior de río Paraná.
Bajo estas condiciones se produjeron grandes crecidas desde enero a marzo de 1983 (período normal de crecidas), prolongándose hacia el invierno y registrando su máximo absoluto en julio. Desde el punto de vista del volumen escurrido así como por su gran perdurabilidad (desde julio de 1982 hasta agosto de 1983), esta crecida fue considerada excepcional.
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