Ante el primer caso de encefalitis en humanos lo importante es evitar la reproducción del mosquito vector, como en los casos de Dengue, Fiebre Amarilla y Leishmaniasis, además de mantener la limpieza del hogar y evitar la acumulación de agua que no va a ser utilizada.
El mosquito CULEX es el modelo “convencional” en el mundo de los mosquitos.
Mantiene un tamaño mediano, tiene un cuerpo alargado, fino, de un color castaño y está recubierto de escamas predominantemente oscuras.
Mantiene unas antenas filiformes en las hembras y plumosas en los machos.
Su tórax es marrón oscuro, en su dorso está recubierto de escamas doradas y, lateralmente, mantiene una especie de escamas blancas.
Es el mosquito más conocido ya que habita las áreas urbanas y es, por lo general, el que molesta a todos con sus picotazos y sus zumbidos en las noches cálidas.
En el estado adulto, quien necesita de sangre es la hembra. En efecto, tiene la boca preparada para perforar la piel y chupar la sangre que le servirá como proteína para producir y madurar los huevos. Su saliva evita que se coagule la sangre, produce la hinchazón, y sus picotazos son el medio de transmisión de enfermedad.
Entre las más graves está la encefalitis. Si el paciente se encuentra con bajas defensas y padece de varios picotazos infectados se podría enfermar con los mismos síntomas que los del vecino al que le han picado antes.
El Culex Pipiens pone sus huevos en el agua, luego pasa a la etapa de larva, crisálida y finalmente sale el adulto. En su etapa de larvas se alimentan de los microorganismos y restos orgánicos que hay en el agua estancada hasta que mudan en crisálida. Después de dos días se rompe y sale el adulto.
El período de huevo a adulto es de siete días y pueden vivir hasta sesenta.
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