Estimados lectores de Noticias Itateñas un año se va y otro llega. Atrás quedó todo aquello que hicimos o simplemente lo que no pudimos hacer por impedimento o por pereza. Siempre el comienzo de un año nos proyecta en lo cotidiano y todo nuevo proyecto o iniciativa en cualquier ámbito de la vida, trae consigo un compromiso con uno mismo y con los demás.
A muchos de nosotros que somos cristianos católicos iniciar un nuevo año nos invita a “repensar la vida de nuestra fe” en el Año de la Fe, no excluyendo a todos aquellos que sin compartir un credo religioso son consideradas personas “de buena voluntad” dispuestos a realizar y extender el bien.
En el acto de cierre del Sínodo de los Obispos, en Roma, celebrado en el mes de octubre de 2012, el Papa Benedicto XVI señaló: “Los hombres de hoy perdieron una gran riqueza de la fe y decayeron en otra dignidad, no aquella económica o de poder terreno sino aquella cristiana.”
Pocas veces se piensa en esta dimensión de la dignidad cristiana, y es que, ni los rezos y ni las devociones nos hacen más dignos ante Dios, sino nuestra capacidad de renovar el compromiso de amor que asumimos con Él. Se habla constantemente de la gran crisis en la que estamos sumergidos y de la crisis moral especialmente, en el mundo y en la Iglesia, pero pocas veces vamos a la raíz de los males que nos rodean y menos aún procuramos en extirparlo de nuestra vida personal y comunitaria. Los evangelios nos dicen que Jesús siempre sondeaba el corazón del hombre, no obstante nos hemos conformado con lo externo y lo ritual. Estamos en deuda con sus enseñanzas, porque siempre terminamos anunciando cualquier cosa y menos a Él: ¡Cuánta responsabilidad conlleva el mantener nuestra dignidad de hijos de Dios!; no la desperdiciemos.
Estimados lectores, concientes de que este tiempo es para muchos un momento de descanso y de disfrutar del buen ocio, es también un tiempo favorable para repensar cómo asumimos y vivimos nuestra condición de cristianos y ciudadanos eliminando todo tedio y desánimo de nuestros corazones.
El nuevo año se inicia con la Solemnidad de “Santa María: Madre de Dios”, concluyendo así la octava de Navidad. Le pedimos a la Purísima de Itatí, que interceda ante su Hijo por el Pueblo a Ella encomendado y tener la capacidad de discernir los acontecimientos personales y sociales viendo en cada uno de ellos el paso de Dios. Y por último también se celebra la “Jornada mundial de la Paz”, instituida por el venerable Papa Pablo VI, bajo el lema: “Busquemos la paz por el camino del amor”. A todos nos compete rezar y trabajar por extender el don de la paz en nuestros hogares y en la sociedad.
Estimados lectores, es el deseo de Noticias Itateñas, augurarle un prospero y fecundo 2013 bajo la mirada providente del Señor y de la Intercesión maternal de María de Itatí.
Equipo de Redacción
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