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viernes, 18 de enero de 2013

AÑO DE LA FE

El Santo Padre Benedicto XVI ha convocado a toda la Iglesia a celebrar el "Año de la Fe", al cumplirse 50 años del inicio del Concilio Vaticano II y 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. Sus palabras nos han conmovido y entusiasmado. 

La fe en Jesucristo es el bien más precioso de la Iglesia. Ella misma existe por la fe y para transmitir la fe. Existe para evangelizar, anunciando a Jesucristo como Señor y Salvador, amigo y Redentor de los hombres. 

La fe que profesamos es la fe de la Iglesia católica, a la que pertenecemos desde el día de nuestro bautismo. Si cada uno de nosotros puede decir "creo en Jesucristo", es porque formamos parte del "Pueblo de Dios" que canta las maravillas del Señor y que, cada domingo, renueva la fe recibida de los apóstoles. Nuestro "Amén" a Jesucristo está sostenido por el "Creemos" de toda la Iglesia. 

Somos hijos de esta Iglesia Santa, pero también necesitada de purificación. Reconocemos que las incoherencias y pecados de sus mismos pastores y miembros han provocado desilusión en muchos creyentes y un debilitamiento en su fe. Renovando nuestro compromiso de conversión al Señor, único Salvador del mundo, roguemos por nuestra fe personal y también por la fe del "Pueblo de Dios". 

La convocatoria del Santo Padre al "Año de la Fe" nos ha posibilitado mirar, con ojos nuevos, la misión que nos ha sido confiada a cada bautizado sin excluir a nadie. Nos sentimos llamados a custodiar y a transmitir el "Don precioso de la fe de la Iglesia", siempre nuevo y lleno de vida. La fe no pasa de moda, porque trae a Dios al corazón del hombre.

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