1. ¿Para qué viene el peregrino a Itatí?
El peregrino que llega a Itatí, viene siempre para
cumplir con la Virgen ,
pero al mismo tiempo, confía su vida a la intercesión de muchos santos. Basta
ver las numerosas imágenes que se bendicen en la Basílica. Algo
parecido sucede en todos los santuarios. Esto hace que se enriquezcan todos los
altarcitos familiares de las casas particulares.
2. ¿De dónde nos viene todo esto?
De los muchos siglos de historia, en que la Iglesia Católica
trata de recoger, junto al Misterio de Jesús, Hijo de Dios hecho hombre, la
devoción a María, Madre de Dios y a todos los santos, como modelos de vida
cristiana para imitar.
3. ¿Qué valor tienen estas devociones?
No son todas iguales.
Primero Dios. La Sma. Trinidad : Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Estas devociones están en el centro de la piedad cristiana. Por ejemplo: la Cruz de los Milagros en
Corrientes (el Señor del Milagro en Salta, Cristo de la Peña en San Luis, Señor de
Mailín en Stgo. del Estero), el Niño Jesús, el Sagrado Corazón de Jesús, el
Espíritu Santo, Jesús Misericordioso, etc.
También tenemos devoción a los Ángeles
(especialmente el Ángel de le Guarda) y a los Arcángeles (Miguel, Gabriel y
Rafael), como espíritus purísimos que están junto a Dios y por gracia de Dios
nos guían y protegen.
¡Sólo a Dios adoramos!
Después, la Virgen María , Madre de Dios. En sus distintas
apariciones, María ha dado (o tomado) nombre a muchos pueblos y ciudades:
Itatí, Luján, el Valle, San Nicolás, Rosario, Fátima, Lourdes, Pompeya, etc.
También se la invoca con otros muchos títulos de devoción, cada uno con su
historia: la Merced ,
el Carmen, la
Medalla Milagrosa , Desata nudos, Auxiliadora y otros.
El culto a María no es de adoración, sino de
veneración
que es el reconocimiento que se da a una criatura humana, privilegiada por el
don de la Santidad
regalada por Dios.
Por último, el culto de veneración de los santos:
los veneramos, no los adoramos.
El Pueblo de Dios no se cansa de recurrir a los
santos, como intercesores y modelos.
Intercesores, porque estando junto a Dios pueden orar por
nosotros.
Modelos, porque, espejándonos en su vida podemos vivir más
hondamente alguna página del evangelio que cada uno de ellos ha sabido encarnar
con fuerza y claridad. Si quiero entender cómo se ama al prójimo, miro a la Madre Teresa o a Don
Orione. Si quiero ser misionero, miro cómo vivió San Francisco Solano.
Dios se muestra grande en la variedad de sus
santos.
Esa misma variedad ha dado origen a muchas devociones singulares.
4. ¿Por qué invocamos a los santos como “especialistas”?
La devoción popular se ha inspirado en alguna
característica particular de cada santo para convertirlo en “especialista” para
algún fin especial. Aunque, en realidad, todos los santos tienen la misma
especialidad: imitar a Jesús, enseñarnos con su ejemplo el buen camino y rezar
ante Dios para que podamos vivir el evangelio.
- En algún caso, la devoción nace de lo que han hecho en su
vida:
San José: es patrono de los
moribundos, se lo invoca para pedir una buena muerte, en gracia de Dios, porque
la tradición lo muestra en el lecho de muerte, asistido, nada menos que por
Jesús y María. También se lo tiene como patrono de las familias, porque fue
jefe de la Sagrada
Familia : Jesús, José y María.
San Cayetano: se lo invoca para pedir
Pan y trabajo porque dedicó su vida a los huérfanos y a los pobres. Se lo
representa con las espigas del pan.
San Luis Orione: padre de los pobres, al
igual que Madre Teresa de Calcuta, San Vicente de Paúl y tantos otros santos de
la caridad.
Santa Lucía: Se la invoca como patrona
para los que sufren la vista, porque al sufrir el martirio le arrancaron los
ojos. Se la representa con los ojos en un plato.
San Blas: se lo invoca para las
enfermedades de la garganta, porque según la tradición, curó un niño que se
había atragantado con una gruesa espina de pescado.
San Antonio: es el santo de los
milagros, porque hizo muchos milagros en vida y fue canonizado en tiempo
record, un año después de muerto.
San Francisco: el santo de la ecología,
por su amor a la naturaleza.
San Benito: Fundador de los monjes, se
lo invoca con una bendición especial porque en cierta ocasión en que iba a ser
envenenado, con su bendición quebró el vaso del veneno.
- En algún caso, la devoción nace de la profesión:
San José: fue esposo de la Virgen María ,
artesano de oficio. Por eso es patrono de los obreros, carpinteros o artesanos en general.
San Pantaleón: mártir de los primeros
siglos, era médico, por eso se lo invoca pidiendo el don de la salud. También
fueron médicos San Lucas y los santos Cosme y Damián.
Santa Cecilia: mártir de los primeros
siglos, se representa con una lira en la mano. Es patrona de los músicos.
San Crispín, Por su oficio, es
considerado patrono de los zapateros.
- En algún caso, la devoción nace del nombre:
San Cristóbal: Su nombre querer decir: “el
que lleva Cristo”. Patrono de chóferes y camioneros. La tradición cuenta
que era un hombre muy fuerte y que cargaba a la gente sobre sus hombros para
cruzar el río. Un día llevaba a un niño muy pequeño en sus hombros y le
preguntó por qué pesaba tanto. El Niño le dijo que estaba cargando con el mundo
sobre sus hombros, o mejor todavía, llevaba al creador del mundo y así él
reconoció, en esa criatura, al Niño Jesús.
San Expedito: Fue mártir en los primeros
siglos y se lo invoca como patrono para las cosas urgentes. El motivo más
probable es su mismo nombre. En efecto, en latín Expedito quiere decir:
rápido, urgente. Así se usa en castellano la palabra “expeditivo”. Es curiosa
la representación de su imagen, pisando un cuervo, de cuya boca sale la palabra
“cras” que remeda el chillido del cuervo y que en latín quiere decir “mañana”.
En su mano lleva una cruz en la que está escrita la palabra “hodie” que
en latín significa hoy. Patrono, entonces, de las cosas urgentes, pisando el “mañana”
y empuñando el “hoy”.
Algunas convicciones
1. Es legítimo invocar al santo como
“especialista”, fundándose en estas simpáticas notas con las que la piedad popular ha
sabido rodear la devoción a los santos, pero, al mismo tiempo, nos queda bien claro
que es Dios quien concede las gracias.
2. Sólo Dios hace milagros. En realidad, el Único que
hace milagros es Dios que es el único “especialista”.
3. Se falsea la devoción, cuando recurrimos al
santo, como si se tratara de un “yuyo” para la vista, para el estómago, para el amor,
etc. Quedarse sólo en eso, nos lleva a caer en algo parecido a la magia.
4. No debemos acercarnos a Dios, con actitudes
mágicas. No
es justo hacer ritos, o usar al santo como amuleto, para “forzar” un milagro.
La fe no pretende dominar a Dios, sino ponerse en sus manos.
5. Rezo para que se cumpla en mí la voluntad de
Dios. No
rezo para que Dios haga mi voluntad. Eso sería magia. Rezo y me confío a la
voluntad de Dios que sabe lo que es bueno para mí y los míos.
Creencias populares
Hay devociones populares que no pertenecen
directamente al culto cristiano, por tanto no están aprobadas por la Iglesia. Se basan en
creencias, a veces en leyendas o en el valor simbólico de algún personaje
popular. Por respeto a la religiosidad de la gente, podríamos llamarlos con
mucha generosidad, “santos del pueblo”, sin que ello implique ninguna
aprobación oficial. Para la
Iglesia constituyen un verdadero desafío, porque por una
parte, existe en el pueblo un deseo religioso que se manifiesta en distintos
gestos populares de veneración, pero por otra, no hay fundamentos para
acreditar una verdadera santidad o ejemplaridad de vida.
Algunos de esos personajes son como “próceres no
oficiales”: Pancho Sierra, la
Madre María , la Difunta Correa , y en Corrientes, el Gauchito Gil.
La práctica actual es:
- Tratar siempre con respeto a quien, estando en
buena fe, manifiesta esta devoción.
- Al mismo tiempo, se procura explicar que no se
bendicen sus imágenes por no estar aprobadas como santos de la Iglesia.
- En muchos casos, los fieles encargan misas por
Antonio Gil, lo cual se acepta de buen grado, porque es siempre legítimo rezar
por los seres queridos, sin que ello implique juicio sobre su santidad.
Nótese que esta actitud muy atenta ante cualquier fenómeno
religioso es un deber sagrado para la Iglesia , puesto que se impone un serio
discernimiento para que el pueblo no se confunda, ni sea engañado en su buena
fe por los aprovechadores que nunca faltan. Con frecuencia se habla de
apariciones de la Virgen
o de imágenes que lloran y no es fácil saber cuando se trata de un engaño, una
sugestión, o un milagro auténtico. La Iglesia , ante fenómenos extraordinarios,
acostumbra a estudiar con seriedad, caso por caso. Las mismas devociones
oficiales, fundadas en mensajes o apariciones (Fátima, Lourdes, San Nicolás,
Jesús Misericordioso), han debido pasar por largos procesos de discernimiento
antes de su aprobación.
Las supersticiones
Hay personajes e imágenes que se usan para hacer
daño u otros males. Ya entramos en el campo de la magia. Por ejemplo: San la Muerte , San Son. No pueden
ser aprobadas por la Iglesia
porque son tristes deformaciones de la fe.
San La
Muerte , probablemente haya nacido como una deformación del “Señor de la Paciencia ”. También se
lo llama San Justo y se lo usa para la venganza y para infundir miedo al
castigo. Basta analizar la oración, impresa al
dorso, para darse cuenta de que no es cristiana, ni digna de una persona
de buenos sentimientos. “Que se arrepienta toda la vida el que daño o mal de
ojo me hizo y se vuelva contra él enseguida. Para aquel que en amor me engaña,
pido que le hagas volver, y si desoye tu voz extraña, Buen Espíritu de la Muerte , hazle sentir el
poder de tu guadaña. En el juego y en los negocios mi abogado te nombro, como
el mejor y todo aquel que contra mí se viene hazlo perdedor.”
San Son: parece una simple deformación del nombre del
personaje bíblico “Sansón”, famoso por su fuerza física, porque
afirmándose en sus columnas, derribó un edificio, aplastando a todos sus
enemigos filisteos.
P. Roberto Simionato
Itatí, octubre 2005
Revista “El Mensajero de Nuestra Señora de Itatí”
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