En la basílica de Itatí se celebró la misa solemne de acción de gracias a la Virgen, de la que participaron obispos de la Conferencia Episcopal Argentina y sacerdotes que tienen a cargo los seminarios en el país.
Monseñor Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes, presidió la celebración eucarística que se celebró en el santuario de Itatí y de la que participaron obispos y alrededor de medio centenar de sacerdotes que dirigen los seminarios, en donde se forman los futuros sacerdotes de la Argentina.
La Iglesia Católica, a través de sus pastores, continuamente expresa que las vocaciones son una necesidad de la Iglesia y un compromiso de todos, ya que sin los ministros no habría Eucaristía ni perdón de los pecados; la gracia de los sacramentos no vivificaría a los fieles y el Evangelio no tendría predicadores ni intérpretes genuinos.
Asimismo, se pone de manifiesto que es evidente que para este considerable número de habitantes se dispone de pocos sacerdotes y miembros de instituciones de vida consagrada.
Además recuerdan que las vocaciones “son un regalo de Dios”, pero también una “responsabilidad del joven, varón o mujer, que es llamado para un seguimiento más radical”, y del entorno inmediato, eclesial, familiar y social, que deben favorecer en diversa medida la opción vocacional, y piden a los fieles rezar de forma perseverante por más vocaciones de religiosos, religiosas e institutos de vida consagrada.
Luego de la celebración de la misa en Itatí, los religiosos compartieron una cena de camaradería en el salón parroquial del santuario.
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