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sábado, 26 de enero de 2013

MEDITACIÓN PARA EL DOMINGO 3° DURANTE EL AÑO, CICLO “C”

-27 de enero de 2013- 

Lecturas bíblicas para la Eucaristía de este domingo: 
Primera Lectura: Nehemías 8, 2-4ª. 5-6. 8-10 
Salmo Responsorial: Salmo 18, 8-10. 15. 
R/ Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida. 
Segunda Lectura: 1 Corintios 12, 12-30 
Evangelio: Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 

“Un año de gracia del Señor” 
Precisamente en este Año de la Fe que estamos viviendo, nuestro Papa Benedicto XVI, quiere que todos los católicos del mundo entero tomemos conciencia por el estudio y la formación de la solidez de nuestra doctrina revelada. 

Justamente la palabra de Dios tiene esa riqueza, esa alegría que produce en los israelitas y que nos relata la primera lectura de hoy, al volverla a oír como pueblo de Dios, después del exilio terrible y la dispersión durante cincuenta años: la proclamación de la Palabra de Dios, el pueblo llora de alegría. Sin sólida formación nadie puede resistir al secularismo imperante y al avance desfachatado de las sectas perniciosas que engañan y seducen a miles de ingenuos, necesitados de fe y de sanación. 

Hoy se ha cumplido esa escritura de Isaías profetizada, porque Jesús es el Consagrado por el "Espíritu del Señor". Es el Hijo y el revelador del Padre porque posee y en él permanece el Espíritu Santo. 

Por eso el "Año de Gracia" es la duración de nuestra vida terrenal. No desaprovechemos este “año” que se pasa fugazmente. Estemos llenos de la alegría del Señor que es nuestra fortaleza, como dice y concluye Nehemías y Esdras en la primera lectura de hoy. 

Este Año de la Fe que estamos viviendo será un año fuente de alegría, si nos preocupamos en formarnos más como quiere el Santo Padre: leyendo, estudiando, repasando los principales documentos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica. Estos libros juntos con la Sagradas Escrituras o Biblia, son preciosos tesoros en los cuales cada uno puede ir y beber el agua pura de la doctrina sólida, segura, límpida, de acuerdo con toda la Sagrada Tradición de la Iglesia y el Magisterio permanente de la Santa Iglesia, siendo por eso "Madre y Maestra" de nuestras vidas de creyentes católicos.

Hagamos, pues, queridos hermanos, que este año de la fe sea de verdad un año de gracia para cada uno de nosotros. Ninguno debe pensar que sabe demasiado como para no necesitar "releerlos" o que sabe tan poco que no entenderá nada. Todos, cada uno según su formación previa, aprovecharán más o menos, pero siempre aprovecharemos considerablemente si nos acercamos a estos documentos, que hoy en día están en varias páginas web, en nuestras computadoras u otros medios electrónicos y sin duda en los libros tradicionales. Cursos, conferencias, retiros espirituales, predicaciones, etc., todo lo que el Señor nos vaya ofreciendo de bueno en nuestra Santa Iglesia, no lo desaprovechemos para conocer mejor y profundizar en los documentos conciliares y en el Catecismo de la Iglesia Católica, o en el Compendio del mismo o en el YouCath para los jóvenes. 

La Virgen María es el modelo perfecto del oyente de la Palabra de Dios: “María guardaba todas estas palabras y las meditaba en su corazón”, leemos en el evangelio de San Lucas. 

Que el "Año de la Fe" sea de verdad un Año de Gracia para mi vida de creyente.

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