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martes, 12 de febrero de 2013

MENSAJE DE LA OBRA DON ORIONE POR LA RENUNCIA DEL PAPA

El Superior General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia (Obra Don Orione), congregación de los sacerdotes que atienden el santuario de Itatí, envió un mensaje a toda la familia orionita. 

Llega inesperada la noticia: conmoción, oración y reconocimiento. 
Ha querido mucho a la Familia Orionita. 

Queridos Hermanos, me llega ahora, a las 00:01 hs. del 11 de febrero de 2013, la noticia de que Benedicto XVI ha anunciado su renuncia, como sucesor de Pedro, a partir del 28 de febrero próximo. 

La noticia trae a mi y a todos los cristianos gran conmoción. Antes de todo comentario, se hace espontánea y necesaria la oración y el agradecimiento a Dios por este inestimable don de la presencia y el servicio del Papa Benedicto XVI, “humilde trabajador de la viña del Señor”. En esta renuncia veo una expresión de su gran humildad y sentido de responsabilidad. 

Como Familia Orionita tenemos muchos motivos de agradecimiento. No podremos olvidar cuando estuvo con nosotros, en el Aula Pablo VI, por la Fiesta del Papa del 28 de junio de 2005, a dos meses de su elección. Y luego, fue él mismo a bendecir la imagen de San Luis Orione colocada en la Basílica de San Pedro, el 25 de junio de 2008. Recordemos, sobre todo, su alegre y luminosa visita a Monte Mario, para la bendición de la “Madonnina” y el encuentro con los Padres Capitulares, el 24 de junio de 2010. Nos dejó un espléndido mensaje, que constituye su herencia a la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Nos había ya escrito también, en forma manuscrita, el lema del 13º Capítulo General: “Sólo la caridad salvará al mundo”. 

El anuncio en latín ha sido dado por el mismo Benedicto XVI, durante el consistorio por la canonización de los mártires de Otranto. “Luego de haber examinado repetidas veces mi conciencia, delante de Dios, he llegado a la certeza que mis fuerzas, por la edad avanzada, no son más las apropiadas para ejercer en modo adecuado el ministerio petrino”, dijo el Papa, y por tanto “bien consciente de la gravedad de este acto, con plena libertad, declaro renunciar al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, a mi confiado por manos de los Cardenales el 19 de abril de 2005”. 

La edad avanzada está en la base de esta decisión. Lo escuché varias veces, durante el tiempo en el cual estuve cercano a él en la Congregación para la Doctrina de la Fe (1987-1992), expresar su opinión personal sobre la posibilidad/conveniencia de la renuncia del Papa cuando las condiciones personales no fuesen apropiadas para poder ejercer con suficiente eficiencia y responsabilidad su ministerio. Entonces, ciertamente, no pensaba ni en Juan Pablo II y menos en Benedicto XVI. 

Estuve muy cerca de Benedicto XVI en la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el 2 de febrero pasado, y tengo que decir que me pareció particularmente delgado y envejecido, con dificultad para caminar. 

“El Papa nos ha tomado un poco por sorpresa”, dijo el Director de la Sala de Prensa del Vaticano, Padre Federico Lombardi, abriendo una conferencia de prensa. El Papa ha indicado el 28 de febrero como final del pontificado y ha pedido que se convoque a un cónclave para la elección del sucesor. 

La “sede vacante” iniciará a las 20 hs. del 28 de febrero. Deberá, entonces, ser convocado un cónclave para la elección de un nuevo Papa. “En el mes de marzo, probablemente, tendremos el nuevo Papa”, dijo el Padre Lombardi. 

Don Flavio Peloso 
Superior General

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