Por el P. Juan José Mettini
La palabra adviento proviene del latín "adventus", que significa: llegada. Adviento es el tiempo litúrgico de la iglesia con una doble finalidad:
a) Preparación a la segunda venida del Señor, revelando su verdadera identidad: Hijo de Dios.
b) Preparación a la Navidad que, junto con la Epifanía, celebra la Encarnación y manifestación del Señor en la historia humana, haciéndola "historia de la salvación". Con el Adviento se inicia el año litúrgico.
¿Qué es el año litúrgico?
El año litúrgico no es una idea sino una persona: Jesucristo con su misterio redentor, que la Iglesia celebra como memoria, presencia, gracia y profecía.
Así pues, el año litúrgico es la distribución del tiempo anual como celebración progresiva en la Iglesia de todo el misterio de la redención de Cristo desde la Encarnación y Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la segunda venida del Señor.
El año litúrgico comienza el primer domingo de Adviento y concluye con la solemnidad de Cristo Rey.
La finalidad del año litúrgico es buscar que la Iglesia participe y celebre los misterios de la redención de Cristo para alcanzar la santidad. A su vez, el año litúrgico cumple una excepcional finalidad catequética: actualiza los misterios de Cristo como modelos de vida para sus discípulos.
El centro del año litúrgico es la celebración del Misterio Pascual: la Muerte y Resurrección de Jesús.
¿De dónde proviene el término liturgia?
Liturgia es la palabra más usada para referirse a la función santificadora de la Iglesia. Esta palabra proviene del griego clásico, expresa el origen de una acción o de una iniciativa.
Liturgia vino a designar un servicio público. Cuando este servicio afectaba al ámbito religioso, entonces se refería al culto oficial a los dioses.
El Concilio Vaticano II expresó: "Con razón se considera la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y cada uno a su manera realizan la santificación del hombre y así el Cuerpo Místico de Jesucristo (la Iglesia: la cabeza y sus miembros), ejerce el culto público íntegro" (SC 7).
¿Cuál es el gran grito del Adviento?
Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas (Mt. 1,2-3), así gritaba Juan el Bautista. Este es el gran grito del Adviento: preparar el camino a nuestro Dios, que viene a nosotros. Es el tiempo de dejar a Dios entrar y habitar en nuestros corazones y mentes. El gran San Agustín expresaba: Timeo Dominum transeuntem (Temo que el Señor pase de largo).
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