Delegaciones de las 10 diócesis de la región volverán a reunirse en Corrientes. Se realizará en la ERAGIA, como cada año, para iniciar la caminata en grupos rumbo a la Basílica. El Arzobispo ofrecerá la bendición a los peregrinos correntinos al mediodía. Esperan una multitudinaria convocatoria. La misa central de los jóvenes será el domingo a las 9, donde se proclamará un nuevo manifiesto.
Quienes integran la pastoral de la juventud del Arzobispado de Corrientes ya tienen entrenamiento en logística y organización. Son quienes cada año coordinan el operativo que acompaña a los caminantes a lo largo de los 70 kilómetros hasta Itatí, la provisión de agua y alimentos para los peregrinos y la distribución de los grupos de las distintas diócesis para instalarse y descansar en su arribo al pueblo de la Virgen Morena.
Pero, aunque ya sepan de sobra las tareas que son necesarias y las resuelvan con eficiencia, el fenómeno de la peregrinación juvenil de cada año nunca deja de sorprenderlos. “Cada vez van nuevos peregrinos y eso nos entusiasma mucho”, indicaron los organizadores.
“La logística está coordinada, aunque todavía esperamos la convocatoria del Ministerio de Seguridad para la reunión que todos los años se hace en los días previos a la partida de la Peregrinación. En ese encuentro se define el operativo de seguridad durante el desplazamiento, los puestos en que se instalan organizaciones como la Cruz Roja y que son un gran aporte para que todo marche bien”, explicó a época el padre Martín Alderete, asesor de la Pastoral de la Juventud.
Quienes integran el equipo esperan la llegada de miles de jóvenes de Chaco, Formosa, Misiones, Santa Fe y las tres diócesis de Corrientes.
En una de sus reuniones de trabajo realizada en la Basílica días atrás se determinó que durante el próximo fin de semana celebrarán misa durante toda la noche, desde las 21 y cada hora y media.
En la reunión también se definieron detalles de la Misa central, que comenzará el domingo a las 9, y se intercambiaron evaluaciones sobre las celebraciones del año pasado.
Aunque la mayor parte de los jóvenes que llegan a Itatí para participar de la peregrinación lo hacen en grupos desde sus parroquias, no son pocos quienes se suman al dispositivo organizado por las Diócesis del NEA y se aventuran por su cuenta, sin logística ni previsiones.
“Nos preocupa que cuando van llegando, sin ninguna asistencia ni contención, arriban muy agotados. Y eligen los pasillos laterales dentro de la Basílica para descansar o los caminos de acceso a los lados del edificio. Esa ubicación espontánea luego complica un poco al desarrollo de la misa central”, explicó el padre Alderete.
Por eso es importante que quienes trabajan en los preparativos puedan determinar con antelación los circuitos, que permitirán la ubicación de sus contingentes entre una multitud tan nutrida de peregrinos.
“Cada año se habilita el salón de actos del colegio de la Basílica para recibir a los grupos y que exista un espacio donde descansar y recuperarse de la caminata. Pero cada año queda más chico, son muchísimos los jóvenes que peregrinan”, aseguró el sacerdote.
En ese sentido, llamó a los coordinadores de las diócesis a acordar “puntos de encuentro y horarios, para evitar el caos de los jóvenes que se desencuentran entre la multitud”, apuntó.
Un compromiso con historia
“Con María anunciamos el don de Jesús en nuestra historia” es el lema que ilumina este año la Peregrinación Juvenil del NEA, que ya cumple 38 ediciones.
El mensaje “se encuentra relacionado con el encuentro nacional que se pospuso para mayo del año próximo, que proclama: “Con vos renovamos la historia”, explicó a época el padre Martín Alderete, quien también se ocupa de la organización de ese encuentro en carácter de asesor.
Durante la celebración de la misa del domingo, los jóvenes del NEA proyectan además leer su manifiesto, que “tendrá como eje el rol protagonista de los jóvenes en la historia, en su propia historia, como artífices de lo que viene. No sólo con Dios sino también con el otro. Con nuestros actos marcamos la historia”, reflexionó el sacerdote al final.
Diario Época
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