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lunes, 27 de febrero de 2012

BICENTENARIO DE LA CREACIÓN DE LA BANDERA ARGENTINA

El 27 de febrero de 1812, el general Manuel Belgrano enarbola por primera vez la Bandera en las barrancas del río Paraná, en Rosario (provincia de Santa Fe). Inspira sus colores celeste y blanco en la escarapela nacional. La bandera originaria se ha perdido y se ignora si estaba formada por tres franjas o por dos, así como también la disposición de las mismas. 


“El cielo le dio su azul, el blanco la cordillera; el sol, sus rayos ardientes que alumbran la Patria entera”. Como esta mentada cueca patriótica, los colores de la Bandera argentina han inspirado cientos de poemas, teorías y relatos que -aunque de bello lirismo- no se ajustan necesariamente a la realidad histórica. 

Incluso, muchos no han hecho más que sumar confusión a la falta de precisión que existe sobre los orígenes de los tonos albicelestes que rigen nuestro emblema nacional. 

A 200 años de que el general Manuel Belgrano enarbolara por primera vez en las barrancas del Río Paraná, en Rosario, la creación de este paño que significa tanto para los argentinos sigue tejiendo misterios. 

El libro que publicó el gobierno de la Nación el año pasado y que rescata el Instituto Belgraniano en su sitio web, menciona la diferencia de criterios que guardan los investigadores respecto de determinados temas. Uno de ellos es el origen de franjas blancas y celestes. 



Distintas teorías 
El libro La Bandera Nacional de la República Argentina, publicado por el Ministerio del Interior de la Nación, sostiene al menos cinco hipótesis de por qué nuestro símbolo patrio ostenta esos colores. 

Para algunos estudiosos, el blanco y celeste de la bandera surgieron cuando la Revolución, nacida en Buenos Aires, debió imponerse al interior del país, donde se levantaban focos contrarrevolucionarios, como en Córdoba o Montevideo. Entonces, se utilizaron los tonos del escudo porteño. 

El mismo consistía en un óvalo que mostraba un río de “plata” (blanco) surcado por dos naves y un cielo “azur” (azul) en el que volaba la paloma de la Trinidad. 

Otros investigadores sostienen que el Creador de la enseña se inspiró en los colores de los Borbones. Al comenzar el siglo XVIII y asumir la dinastía de los Borbones en España, se comenzó a usar el azul y blanco de la Casa Real. 

Quienes alzan esta hipótesis, señalan que el blanco y celeste estaban presentes en el Real Consulado de Buenos Aires, fundado por Belgrano en 1794, 18 años antes de la creación del emblema nacional. 

Sin embargo, otros historiadores resaltan que lo que quiso Belgrano en la fundación del Consulado fue invocar a la Inmaculada Concepción como Patrona y que dicha institución llevara los colores de su manto. 

Es más, el libro oficial relata que el Padre Salvaire avala esa postura al decir que varios ancianos de aquel tiempo destacaron la intención del General de obsequiar la enseña a la Pura y Limpia Concepción de María, de quien era ardiente devoto. Vale agregar que Belgrano había jurado defender como dogma esta advocación de la Virgen en la Universidad de Salamanca, el 6 de febrero de 1793. 


Una nueva hipótesis rescata el accionar político de Belgrano dentro del ‘partido’ carlotista, junto a Beruti, Castelli y otros. Dicen algunos que aspiraban al establecimiento de un gobierno nacional, que procuraba coronar como Reina del Río de la Plata a la princesa Carlota Joaquina de Borbón, hermana de Fernando VII. Así como el blanco-celeste fue divisa de los partidarios del rey Carlos IV de Borbón, por consecuencia lo fue de los de Carlota. 

A la vez, numerosos testimonios confirman la utilización de los colores celeste y blanco desde el inicio de la Revolución. 

La Sociedad Patriótica, creada el 21 de marzo de 1811, tenía por objetivo reanimar el espíritu revolucionario y sus miembros llevaban cintillos celestes y blancos prendidos en el sombrero o en el ojal de la solapa. El general Belgrano prestaba también su apoyo al sector más decidido de los revolucionarios. 

Alberdi es quien ofrece una interpretación más poética, pero lejana de la realidad. 

“Para representar la Libertad, que es hija del cielo, nada más lindo que los colores del mismo cielo”, reflexiona en su obra Revolución de Mayo. Quizá así buscara despertar el sentir nacional, como la cueca que sigue sonando... “Bandera de mi Nación son tus colores divinos, que basta mirar al cielo para sentirse argentino”.

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