En la Basílica de Itatí se realizaron las celebraciones propias del Viernes de la Pasión y Muerte del Señor.
En horas de la mañana, como es tradicional, se conmemoró los siete dolores de la Santísima Virgen, quien acompañó a su Hijo hasta la muerte en cruz. En la celebración, presidida por el padre Alejandro Soulás, se consagraron a la Virgen de los Dolores, madres itateñas que pasaron a pertenecer a la Cofradía de la Dolorosa. Luego de la procesión realizada en el interior del templo se bendijo los escapularios, estampas y folletos que fueron entregados a los miembros de la cofradía, y se realizó la renovación de consagración a la Santísima Virgen.
Por la tarde, la feligresía participó de la celebración de la Pasión y Muerte del Señor, con la adoración a Cristo crucificado y la veneración de la Madre Dolorosa.
El día finalizó con el solemne Vía Crucis, que por inclemencias del tiempo se realizó en el interior del templo, que se vio colmado de peregrinos, turistas y fieles locales. Las estaciones invitaban a recordar los momentos decisivos de la vida de Jesús, y fueron proyectados pasajes de su pasión y muerte por pantalla gigante, detalles que hicieron vivir momentos especiales de profundo recogimiento a los presentes.
En tanto, el Sábado Santo, el templo abrirá a las 6, y durante el día no habrá ninguna celebración, solo se atenderán confesiones y se meditará junto al santo Sepulcro. Por la noche, a las 21, se celebrará la solemne Vigilia Pascual, para la cual se invita a llevar velas y botellas con agua para bendecirla.
En horas de la mañana, como es tradicional, se conmemoró los siete dolores de la Santísima Virgen, quien acompañó a su Hijo hasta la muerte en cruz. En la celebración, presidida por el padre Alejandro Soulás, se consagraron a la Virgen de los Dolores, madres itateñas que pasaron a pertenecer a la Cofradía de la Dolorosa. Luego de la procesión realizada en el interior del templo se bendijo los escapularios, estampas y folletos que fueron entregados a los miembros de la cofradía, y se realizó la renovación de consagración a la Santísima Virgen.
Por la tarde, la feligresía participó de la celebración de la Pasión y Muerte del Señor, con la adoración a Cristo crucificado y la veneración de la Madre Dolorosa.
El día finalizó con el solemne Vía Crucis, que por inclemencias del tiempo se realizó en el interior del templo, que se vio colmado de peregrinos, turistas y fieles locales. Las estaciones invitaban a recordar los momentos decisivos de la vida de Jesús, y fueron proyectados pasajes de su pasión y muerte por pantalla gigante, detalles que hicieron vivir momentos especiales de profundo recogimiento a los presentes.
En tanto, el Sábado Santo, el templo abrirá a las 6, y durante el día no habrá ninguna celebración, solo se atenderán confesiones y se meditará junto al santo Sepulcro. Por la noche, a las 21, se celebrará la solemne Vigilia Pascual, para la cual se invita a llevar velas y botellas con agua para bendecirla.
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