La Escuela Nº 676 y el barrio San Juan de Itatí celebraron la tradicional fiesta del santo, primo de Jesús.
En la víspera del 24 la Escuela Nº 676 “Directora Balbina Niella” de Itatí realizó el festival en honor al Santo que contó con la participación de conjuntos locales como Purajhei, Pedregal, Abel Sosa y Los Pablos, entre otros, y el tradicional cruce de las brasas o “tatá jehasá", de la que participó numeroso público.
También el barrio San Juan celebró a su Patrono con una serie de eventos que culminaron, el 24 de junio, con un festival musical.
En la noche del 23 y 24 también pudo observarse “La Luminaria de San Juan”, siguiendo la antigua tradición, en muchos hogares itateños.
El Cruce de Brasas o Tatá Jehasá
El cruce de brasas que se practica cada víspera de San Juan, es decir el 23 de junio a la medianoche, constituye una de las prácticas paganas, o adaptaciones del pueblo común al ritual oficial de la Iglesia, más impresionantes en toda el área de influencia guaranítica, y también en el interior del Chaco. Constituye un fenomenal acto de fe. Porque afirma la tradición popular que aquel que tiene firme su creencia el santo lo protege y puede pasar descalzo sobre un colchón de brasas al rojo vivo. Claro que no siempre le va bien al corajudo que se anima a demostrar públicamente su fe. Cuando sufren graves quemaduras algunos pasadores, el pueblo encuentra los justificativos para no perder su fe. Afirman por ejemplo que las brasas tenían demasiado cenizas, o el creyente tenía los pies húmedos, que la leña utilizada no era "campana" (leña seca que al golpearse suena como campana), y otras afirmaciones tan descabelladas como las descriptas. La quema de la madera campana debe hacerse durante tres horas, y la pila también debe tener una altura de 3 m. En Europa se utilizaba leña de roble. En Misiones se usa leña de naranjo y en la región chaqueña y correntina, usualmente se utiliza jacarandá, ñandubay, ñapindá o garabato. Toda esta leña tiene la característica de tener bajas calorías. Terminada la quema se extiende un colchón de brasas de 5 ó 6 metros de largo con un espesor de 10 cm. Algunos afirman que de debe pasarse en pareja.
En la víspera del 24 la Escuela Nº 676 “Directora Balbina Niella” de Itatí realizó el festival en honor al Santo que contó con la participación de conjuntos locales como Purajhei, Pedregal, Abel Sosa y Los Pablos, entre otros, y el tradicional cruce de las brasas o “tatá jehasá", de la que participó numeroso público.
También el barrio San Juan celebró a su Patrono con una serie de eventos que culminaron, el 24 de junio, con un festival musical.
En la noche del 23 y 24 también pudo observarse “La Luminaria de San Juan”, siguiendo la antigua tradición, en muchos hogares itateños.
El Cruce de Brasas o Tatá Jehasá
El cruce de brasas que se practica cada víspera de San Juan, es decir el 23 de junio a la medianoche, constituye una de las prácticas paganas, o adaptaciones del pueblo común al ritual oficial de la Iglesia, más impresionantes en toda el área de influencia guaranítica, y también en el interior del Chaco. Constituye un fenomenal acto de fe. Porque afirma la tradición popular que aquel que tiene firme su creencia el santo lo protege y puede pasar descalzo sobre un colchón de brasas al rojo vivo. Claro que no siempre le va bien al corajudo que se anima a demostrar públicamente su fe. Cuando sufren graves quemaduras algunos pasadores, el pueblo encuentra los justificativos para no perder su fe. Afirman por ejemplo que las brasas tenían demasiado cenizas, o el creyente tenía los pies húmedos, que la leña utilizada no era "campana" (leña seca que al golpearse suena como campana), y otras afirmaciones tan descabelladas como las descriptas. La quema de la madera campana debe hacerse durante tres horas, y la pila también debe tener una altura de 3 m. En Europa se utilizaba leña de roble. En Misiones se usa leña de naranjo y en la región chaqueña y correntina, usualmente se utiliza jacarandá, ñandubay, ñapindá o garabato. Toda esta leña tiene la característica de tener bajas calorías. Terminada la quema se extiende un colchón de brasas de 5 ó 6 metros de largo con un espesor de 10 cm. Algunos afirman que de debe pasarse en pareja.
Al filo de la medianoche del 23 de junio, víspera del natalicio del profeta de la Iglesia Católica Romana, Juan El Bautista, en nuestra región guaranítica especialmente, se realizan fiestas populares de características especiales y además la imaginería del pueblo con fuerte tradición religiosa, ha creado toda una batería de creencias, donde los devotos del Santo le hacen ofrendas de fe y además le piden favores especiales, sobre todo las solteras que tienen urgencias por el casamiento y aquellas hechiceras que adquieren sus poderes por traspaso de otra más vieja a la medianoche en vísperas de San Juan. En algunos hogares, especialmente de los barrios humildes la gente enciende las "Luminarias de San Juan". Los sectores más cultos de la sociedad, asisten a las iglesias donde se realizan los ritos que establece la liturgia de la Iglesia, para la recordación. Las luminarias son simplemente candiles adornados con finos y translúcidos papeles de colores. En los rancheríos se usa (o se usaba el candil para alumbrado. Ahora llegó la electricidad) el candil colocando kerosén en una botella, a la cual se le introduce un pabilo de algodón que encendido con una lumbre arde, mientras se consume lentamente el combustible, sin peligro de explosión. A este artefacto que todavía usan en las zonas rurales marginales de nuestra provincia, se lo cubre con una armazón de alambre recubierta por el papel de colores tipo de barrilete. También se acostumbra a fabricar las "Lambras". Esto es una especie de corona de luces compuesta de candiles de cebo con mechas de trapo, que colocado en media cáscara de naranja, se cuelgan en ramas utilizando finos alambres.
La antigua tradición de las fogatas, que solía observarse en la vieja Europa (con otro significado) se tomó en esta parte de América y es habitual observar en la noche de víspera de San Juan, en los barrios de casi toda la parte de nuestra Provincia que tiene influencia guaranítica, las enormes "fogatas de San Juan", que se alimentan especialmente con ramas secas y cubiertas de automotores sin uso. Otra costumbre popular es el "Toro Candil", que los niños especialmente y jóvenes utilizan para jugar en el medio de la fiesta que suele acompañarse de bailantas chamameceras. Se fabrican máscaras, a las que se adosan trapos embebidos en combustibles de lento consumo (generalmente kerosén o gasoil) Con la máscara que representa al demonio, los participantes del fuego se persiguen en sana algarabía. En la Provincia de Misiones y Paraguay con mayor entusiasmo que en nuestra región, se le agrega al juego del toro candil el de la "Pelota Tatá". Una bola de trapos se empapa del mismo combustible utilizado para el Toro Candil, la cual es lanzada al ruedo donde se juega y los niños y jóvenes, patean ahuyentando al demonio. La costumbre de jugar con fuego se mantiene durante el año, pero las mamás para evitar los peligros que encierra esta práctica, suelen decirle a sus hijos que si juegan con fuego se orinan en la cama durante el sueño, lo que limita la costumbre fuera de la festividad de San Juan La quema de muñecos, es una práctica casi perdida en esta época. Hasta no hace mucho tiempo, sobre todo en las parroquias barriales se reunían los vecinos para la misa formal que dicta la liturgia católica y luego seguía la fiesta popular con baile y quema del muñeco que en esos actos representaba al demonio. A todas estas prácticas populares, debe agregarse la cantidad de pruebas que realizaban las solteras para conocer a su futuro esposo, las hechiceras, los fanáticos que pretendían adquirir destrezas especiales, y por supuesto el cruce de brasas.
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