A pocos días de su fiesta litúrgica, la imagen de Nuestra Señora de Itatí ha sido revestida con un nuevo ropaje.
Como cada año, la Patrona de Corrientes luce un nuevo y deslumbrante vestuario, donado por la familia Quiroga.
El ropaje es un manto azul celeste bordado completamente a mano, con piedras "Swarovski" engarzadas, piedras strass, además de galones y rosas doradas.
La mantilla está bordada con pequeñísimas perlas en el contorno y salpicadas en el resto de la prenda.
Las ropas fueron bendecidas el pasado domingo y ayer se realizó la solemne vestición por las Camareras de la Virgen. Correspondió esta distinción por muchos años a la señora Lilian Marcomini de Niella y anteriormente a Doña Clotilde Niella de Azcoaga. Fueron “Camareras de la Virgen” desde el siglo XIX: Doña María de los Ángeles Vallejos de Niella (1858-1950); Doña Juana Bonastre de Vallejos (1875-1935); Srta. Juana Paula Vallejos (1895-1952).
Desde el siglo XVIII, según tradición española, y tal como ocurre con la mayor parte de las imágenes que se veneran en la Argentina, a la imagen auténtica de Nuestra Señora de Itatí se la revistió con ropas de seda bordada en hilos de plata y oro, se le colocaron aros y un pectoral de fina labor en el que se han reunido armoniosamente varias piezas de oro, plata y piedras preciosas donadas por los fieles.
Sobre su cabeza se halla la preciosa corona que fue construida en París, por un afamado joyero, Froment Maurice, que hizo también la vajilla de plata del rey Alfonso XIII de España. Pertenece al estilo de las coronas imperiales del Renacimiento. Es de oro cincelado y burilado con amatistas y ágatas engarzadas, rematada en aureola con doce estrellas. Esta corona es la de la coronación de 1.900 y recoronación de 1.908, que luce en los días de grandes festividades, mientras que para el resto del año cuenta con otras dos coronas.
Complementando la iconografía de la Inmaculada Concepción, a sus pies se ha colocado la media luna labrada en plata y oro.
Además del nuevo vestuario la Virgen de Itatí tiene varios ropajes que utiliza alternadamente a lo largo del año.
La Santa Imagen lleva en sus manos un rosario de nácar, bendecido por el Santo Padre Juan Pablo II, con motivo del Centenario de la Coronación Pontificia.
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