La construcción comenzó en 1938 bajo la dirección del italiano, Pedro Azzano y se lo habilitó parcialmente el 16 de julio de 1950, en el cincuentenario de la Coronación de la Virgen, una obra única en su tipo de la región.
Muchas capillas y templos custodiaron la imagen de la Virgen de ltatí, hasta la actualidad en que dejando el humilde templo de Obieta pasó a reinar desde su camarín del gran Santuario. Este monumental templo se debe al esfuerzo del entonces Obispo de Corrientes Mons. Francisco Vicentin y al trabajo denodado del P. Benito Anzolin (Obra Don Orione), quienes pusieron todo su afán y preocupación en levantar un trono de acuerdo al incremento que había tomado y seguía en auge la devoción a la Virgen de Itatí. También San Luís Orione que visitó Itatí en Junio de 1937 fue un propulsor de la obra recomendando que fuera un “templo digno de la Virgen y signo de romanidad”.
Una vez planeado y tras maduro estudio se mandó a construir el más hermoso y monumental trono para la Virgen con la colaboración del arquitecto Felipe Bergamini y el ingeniero D. Pedro Azzano.
Su piedra fundamental se bendijo el 16 de julio de 1938. La superficie cubierta es de 2.800 metros. De largo tiene 80 metros y de ancho 73 metros. El diámetro de la cúpula central llega a 28 metros. A 83 metros de altura se alza este santuario siendo coronado con una imagen de la Virgen de 7,50 metros.
Todo el santuario es una estructura de cemento armado, que puede decirse estuvo completo a fines de 1940, agregándosele el piso, los ventanales y puertas, el revestimiento de las columnas y el revoque que llevó mucho tiempo y aguzó el ingenio de los contratistas para armar y levantar las cabriadas de mucho peso que servirían de sostenes a los andamios y trabajadores.
En esta superficie caben 9.000 personas, que se llena totalmente los días de las Fiestas de Julio, en Semana Santa y el día de la Inmaculada Concepción.
El nuevo santuario se habilitó el 16 de julio de 1950, en el cincuentenario de la Coronación Pontificia de la Virgen. Ese mismo día la auténtica santa Imagen fue sacada de su viejo templo para trasladarla al nuevo y monumental Santuario. Las fiestas y celebraciones para el caso fueron de las más grandiosas. Este día memorable se habilitó el templo de la Virgen aún no terminado. Está concluido en cambio el hermoso camarín con su altar de mármol; la gran pintura mural cuyo motivo es el milagro de la música como de ángeles escuchada en el templo de Gamarra por el año 1624, tres bajo relieve que representan, el hallazgo de la Virgen, la fundación del pueblo y la coronación, con diez vitrales en las escaleras del camarín: San Cirilo de Alejandría y San Bernardo a un lado, Santo Domingo de Guzmán y el Papa Pío IX de la Inmaculada del otro; los cuatro Evangelistas San Mateo, San Marcos, San Lucas, San Juan, más dos del Papa León XIII el de la coronación y el primer Obispo de Corrientes, Mons. Niella.
El amplio templo con su inmensa cúpula está asentada sobre ocho columnas, que con ser grandes no impiden la visual desde todos los ángulos de la Iglesia. Tiene seis altos vitrales que representan la Historia de la Salvación.
Fue consagrado por el Cardenal Pío Laghi, por aquel entonces Nuncio Apostólico en la Argentina, el 8 de septiembre de 1979 y elevado al rango de basílica menor por el Papa Juan Pablo II el 16 de julio de 1980.
Declarado Lugar Histórico Nacional en 1998 por Ley N° 24.249 del Congreso Nacional, y Monumento Histórico Nacional en 1999 por Ley Nº 25.221.
Muchas capillas y templos custodiaron la imagen de la Virgen de ltatí, hasta la actualidad en que dejando el humilde templo de Obieta pasó a reinar desde su camarín del gran Santuario. Este monumental templo se debe al esfuerzo del entonces Obispo de Corrientes Mons. Francisco Vicentin y al trabajo denodado del P. Benito Anzolin (Obra Don Orione), quienes pusieron todo su afán y preocupación en levantar un trono de acuerdo al incremento que había tomado y seguía en auge la devoción a la Virgen de Itatí. También San Luís Orione que visitó Itatí en Junio de 1937 fue un propulsor de la obra recomendando que fuera un “templo digno de la Virgen y signo de romanidad”.
Una vez planeado y tras maduro estudio se mandó a construir el más hermoso y monumental trono para la Virgen con la colaboración del arquitecto Felipe Bergamini y el ingeniero D. Pedro Azzano.
Su piedra fundamental se bendijo el 16 de julio de 1938. La superficie cubierta es de 2.800 metros. De largo tiene 80 metros y de ancho 73 metros. El diámetro de la cúpula central llega a 28 metros. A 83 metros de altura se alza este santuario siendo coronado con una imagen de la Virgen de 7,50 metros.
Todo el santuario es una estructura de cemento armado, que puede decirse estuvo completo a fines de 1940, agregándosele el piso, los ventanales y puertas, el revestimiento de las columnas y el revoque que llevó mucho tiempo y aguzó el ingenio de los contratistas para armar y levantar las cabriadas de mucho peso que servirían de sostenes a los andamios y trabajadores.
En esta superficie caben 9.000 personas, que se llena totalmente los días de las Fiestas de Julio, en Semana Santa y el día de la Inmaculada Concepción.
El nuevo santuario se habilitó el 16 de julio de 1950, en el cincuentenario de la Coronación Pontificia de la Virgen. Ese mismo día la auténtica santa Imagen fue sacada de su viejo templo para trasladarla al nuevo y monumental Santuario. Las fiestas y celebraciones para el caso fueron de las más grandiosas. Este día memorable se habilitó el templo de la Virgen aún no terminado. Está concluido en cambio el hermoso camarín con su altar de mármol; la gran pintura mural cuyo motivo es el milagro de la música como de ángeles escuchada en el templo de Gamarra por el año 1624, tres bajo relieve que representan, el hallazgo de la Virgen, la fundación del pueblo y la coronación, con diez vitrales en las escaleras del camarín: San Cirilo de Alejandría y San Bernardo a un lado, Santo Domingo de Guzmán y el Papa Pío IX de la Inmaculada del otro; los cuatro Evangelistas San Mateo, San Marcos, San Lucas, San Juan, más dos del Papa León XIII el de la coronación y el primer Obispo de Corrientes, Mons. Niella.
El amplio templo con su inmensa cúpula está asentada sobre ocho columnas, que con ser grandes no impiden la visual desde todos los ángulos de la Iglesia. Tiene seis altos vitrales que representan la Historia de la Salvación.
Fue consagrado por el Cardenal Pío Laghi, por aquel entonces Nuncio Apostólico en la Argentina, el 8 de septiembre de 1979 y elevado al rango de basílica menor por el Papa Juan Pablo II el 16 de julio de 1980.
Declarado Lugar Histórico Nacional en 1998 por Ley N° 24.249 del Congreso Nacional, y Monumento Histórico Nacional en 1999 por Ley Nº 25.221.
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