“Vigilia” no significa aquí “vísperas de fiesta”, sino “noche en vela”; y en la que se vela esperando la Santa Resurrección de Cristo; por eso es que se debe hacer de noche.
La celebración gira en torno a una gran idea: la alegría de Cristo resucitado, presente entre nosotros. En su muerte vence nuestra propia muerte y en su resurrección hemos resucitado todos.
Se resaltan dos momentos, que son comunes a toda celebración de un sacramento, pero a los que hoy se les da realce:
• Liturgia de la Palabra: Hay una extensa lectura de la Historia de Salvación de la Humanidad, culminando con la Resurrección de señor, anticipada ésta por una gran proclamación denominada “Pregón o Anuncio Pascual”.
• Liturgia del Sacramento: que celebra esa salvación por medio de tres sacramentos: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
Pero como es una noche, se antepone una entrada especial, llamada “Lucernario”, donde se bendecirá el “fuego nuevo” y el Cirio Pascual.
Signos importantes
• Fuego Nuevo: Signo del amor entre el Padre y el Hijo que debe encender nuestros corazones en deseo de las fiestas eternas.
• Pregón Pascual: relato de la salvación.
• Gloria solemne con campanas: signo de alabanza, que desde el Jueves Santo habían “callado hasta a las campanas” y que se canta entre las lecturas del A.T. y el N.T., pues es la alabanza al Padre por la gracia de habernos dado al hijo que se encarnó y nos salvó.
• Aleluia del Evangelio: “aleluia” significa “alabemos a Dios” y hoy más que nunca por la alegría de una obra de Dios tan grande como es la Resurrección de Jesucristo.
• Signos bautismales: -entre ellos el agua- por los que participamos de un nacimiento nuevo injertados en el “Árbol de la Cruz”, por el cual comenzamos a formar parte de la Iglesia, somos hijos adoptivos del mismo Dios y hermanos de Cristo. Los neófitos o recién bautizados, son signo de ello y celebran por primera vez esta alegría pascual. El agua aparece como signo de pureza que nos limpia del pecado y destruye el pecado original como las olas del mar a las rocas.
• Eucaristía: Cristo Eucarístico vuelve a hacerse presente entre nosotros. En la Eucaristía está Cristo mismo, en Cuerpo y Sangre, resucitado y que nos resucita.
• Cirio Pascual: Lo hemos dejado para lo último porque está presente en toda la celebración como signo de Cristo, luz del mundo, cuya luz rompe las espesuras y angustias de la noche, como Cristo rompe y triunfa sobre la muerte misma para darnos nueva vida en su Vida. Y como signo de la Iglesia que, unida como un panal de abejas para fabricar la cera, trabaja para instaurar el Reino de Dios.
• Adornos, aparecen nuevamente las flores y luces.
• Saludo a la Madre del Señor resucitado.
• Saludo final, el Sacerdote lo hará con doble aleluia.
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