En la noche del Sábado Santo, como es tradicional, se realizó la ceremonia de mayor carga simbólica de la Semana Santa y del año litúrgico católico, ya que evoca la resurrección de Cristo, el punto culminante de la venida al mundo de quien es para los cristianos el hijo de Dios y el salvador de la humanidad.
Con la bendición del fuego nuevo y del cirio pascual, símbolo de la luz que es Cristo para la Iglesia y el mundo, en atrio de la Basílica, dio inicio la Vigilia Pascual, luego, en procesión, se dirigió al altar mayor en medio del cántico que anuncia la Pascua, o sea, la victoria de Jesús por sobre la muerte a través de la resurrección. La celebración fue presidida por el rector del santuario, padre Hugo Camino y concelebrada por los sacerdotes orionitas Pánfilo Ortega, Damián Picone, Juan José Mettini y José Quintana.
En la liturgia de la Palabra se leyeron tres lecturas del Antiguo Testamento con sus salmos, se cantó solemnemente el gloria, al son de las campanas y luego fue leída la lectura del Nuevo Testamento, tras lo cual se entonó el aleluya y se proclamó el Evangelio anunciando la resurrección de Cristo.
En la liturgia Bautismal se bendijo el “Agua Nueva” en la pila Bautismal y se cantaron las Letanías de los Santos. También la asamblea, itateños y peregrinos presentes, renovaron sus promesas bautismales, después de la cual se los asperjó con el agua. Finalmente se continuó con la liturgia Eucarística de manera acostumbrada.
Al finalizar, fue recibida la imagen la Virgen de Itatí, la Madre del Resucitado, quien hizo su entrada solemne, luciendo su traje blanco, símbolo de luz y esperanza para todos nosotros.
Luego, en el atrio, los sacerdotes saludaron a los fieles.
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