Testimonio del itateño, padre Jacinto “Cacho” Rojas publicado en la Revista Don Orione, de la Argentina, con motivo de la elección del Papa Francisco.
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Ante el nombramiento del Card. Jorge Bergoglio como Papa sentí un gozo indecible; como el de millones de argentinos y de los religiosos y sacerdotes del país.
Desde Roma su propio anuncio “soy un Papa que salió del confín del mundo”. fue sorprendente verlo con su vestimenta blanca ante la multitud de peregrinos: “Nos parecía soñar…”, como dice el Salmo 125. ¡Bergoglio Papa!
Desde que tengo uso de razón han pasado muchos papas: Pío XII (Eugenio Paccelli); Juan XXIII (Ángel José Roncalli); Pablo VI (Juan Bautista Montini); Juan Pablo I (Albino Luciani); Juan Pablo II (Karol Wojtyla); Benedicto XVI (Josef Ratzinger) y el actual Francisco (Jorge Mario Bergoglio).
Cada uno con su característica… Y ahora, el sucesor de Pedro, Vicario de Jesucristo, Francisco, que mira ampliamente a los alejados y apartados de la Iglesia, dispuesto a hacer de bálsamo para los corazones heridos y cercanía con los desamparados y necesitados de la sociedad.
Personalmente, quiero compartir mi recuerdo agradecido a mi profesor de literatura en el Colegio Máximo de los Jesuitas, en los años 1968-1969. Un hombre culto, serio y exigente; que no andaba con vueltas, sin dar lugar a las “medias tintas”.
Lo admiré como persona “brillante”, como dice la gente un “bocho”; y sobre todo un hombre de fe y de Dios, un religioso de ley. Doy gracias a Dios y le rindo como orionita mi homenaje al nuevo Papa.
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