El miércoles 5 de marzo, iniciamos el tiempo de Cuaresma, es tiempo de alegría y de renovar la confianza en la Infinita Misericordia de Dios. En la Basílica de Itatí se impondrá la ceniza en las misas que se celebrarán a las 8,30; 10 y 19 horas.
Cuaresma quiere decir 40 días, es el número simbólico de la Biblia para indicar que Dios pasa limpiando si queremos que nos limpie. Un peligro es tomar este tiempo solamente por ayunos, y prácticas religiosas.
Dios purificó la tierra con 40 días del diluvio (Gen.7,1-5), 40 años de purificación pasó el pueblo hebreo, antes de entrar en la tierra de la promesa, cuando se fueron de Egipto (Ex 19,16), 40 días caminó el Profeta Elías por el desierto (1 rey 19,8), 40 días ayunó Jesús (Mt 4,1-2. Mc 1,12-13. Lc 4,1-13).
Vivamos la Cuaresma desterrando lo negativo y llevando luz a todos los rincones de nuestra vida, porque es más importante lo que Dios quiere hacer en nosotros que lo que nosotros podamos hacer.
Dios nos quiere abiertos, de manera que su Palabra entre y nos transforme. Si estamos cerrados su Palabra cae como el agua en un paraguas.
Nos dice el Papa: "Ayunar desde la solidaridad. Hoy sólo se puede ayunar trabajando para que otros no ayunen de manera obligatoria, millones de hambrientos. Quien no ayuna para compartir con el pobre engaña a Dios. Ayunar es simplemente amar al otro. Nuestro ayuno voluntario debe ayudar a impedir los ayunos obligados de los más pobres.
"Ayunemos para que nadie tenga que ayunar”
Sugerencia, tomemos la carta del Apóstol Santiago, en este tiempo, la leemos una vez (es corta), dejamos unos días y la leemos más despacio, dejemos otros días y la leemos otros días y la volvemos a leer subrayándola. Si esto no nos cambia, será una Cuaresma perdida.
(Colaboración del padre José Quintana Peña)
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