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jueves, 6 de junio de 2013

7 DE JUNIO: FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

El viernes 7 de junio se celebra la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. En la Basílica de Itatí se celebrará a las 19 la misa con admisión de nuevos socios.


La liturgia señala que el viernes posterior a la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, se celebra al Sagrado Corazón de Jesús.

En Itatí, la celebración se realizará en la Basílica a las 19 con la misa solemne, presidida por el padre José Quintana Peña, en la que se admitirá a los nuevos socios y renovarán las promesas al Sagrado Corazón de Jesús los integrantes del Apostolado de la Oración.

Luego de la celebración eucarística se compartirá un chocolate en el atrio del santuario.

LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Pero fue Jesús mismo quien, en el siglo diecisiete, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.

El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz.

Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor." Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.

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