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domingo, 3 de agosto de 2014

4 DE AGOSTO: SAN JUAN MARIA VIANNEY, DÍA DEL PÁRROCO

Es apasionante, la vida de este santo, duro para el estudio, a tal punto que terminó la carrera eclesiástica casi sin saber latín, indispensable en su momento (1786-1859).


Cómo más o menos había culminado todo, su rector no sabe qué hacer, en verdad "no podría ordenarse". Se encamina hacia el obispo de Lyon y le dice “me preocupa el seminarista Juan Bautista, habría que ordenarlo y casi no sabe latín”, el obispo le pregunta “¿cómo es ese joven cuando reza?”, a lo que el rector responde “¡ah monseñor, parece un ángel que se transporta”.

“Lo ordenaremos”, dice el obispo, luego lo mandan a Ars”, un pueblo de apenas 120 habitantes, donde desde años no tenía sacerdote.

Es mal recibido por el pueblo, pero con su sonrisa y sus palabras adecuadas, en un año se los metió en el bolsillo. Fue incansable confesor, desde los lugares más remotos concurrían para hacerlo, además tenía el don de darse cuenta de los pecados que se omitían.

Cuando se acercaba su muerte pidió que no le quitaran su vieja sotana. No le hicieron caso, descubrieron que sus costillas estaban a la vista a causa de las flagelaciones. Comía sólo papas hervidas, para darle lo demás a los carenciados.

Dice la historia que su sepelio fue multitudinario. Así pasa a ser patrono de los curas (el que tiene a su cuidado una porción de pueblo), párrocos (responsables).

En el año 2009 con motivo de los 150 años de su fallecimiento el Papa Benedicto XVI lo nombra patrono de todos los sacerdotes.

Recemos porque la mies es grande y los pastores pocos, y los seminaristas menos. Una vocación surge de una comunidad que reza y da testimonio. Nos preguntamos "pueblo de la Virgen, Itatí" ¿cuál es el motivo de que no surjan vocaciones?, todo un desafío personal.

Desde Noticias Itateñas un saludo y abrazo a todos los sacerdotes del mundo.

(Colaboración del padre José Quintana)

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