Páginas

sábado, 2 de agosto de 2014

DOMINGO 18º DURANTE EL AÑO

Isaías 55,1-3 - Salmo 144,8-18 - Romanos 35,37-39 - Evangelio Mateo 14.13-21: la multiplicación de los panes.


Los cuatro textos bíblicos, tienen una única orientación, Dios nos ama. Isaías profeta que vivió 8 siglos A.C., nos habla de un Dios que prometió a David su ayuda y a pesar de la muerte del Rey sigue cumpliendo con la misma, estar al lado de "su pueblo", un pueblo no siempre fiel, en varias oportunidades lo cambió por la idolatría, pero Él sigue firme en su promesa.

El salmo nos dice "El Señor es bondadoso y comprensivo, lento para el enojo y de gran misericordia”. Al respecto nos dirá el actual Pontífice "Dios siempre perdona, somos nosotros los que no nos perdonamos".

San Pablo es genial "nada nos puede apartar de Cristo” (leamos el texto en la Biblia) "nunca los dejaré", sería el resumen.

En la primera lectura Dios nos ofrecía beber, el Evangelio "comer", y simbólicamente lo podemos aplicar a la Eucaristía, el pan que no se agota nunca. Solo Dios puede llenar la necesidad y carencia que hay en nuestro interior.

Los humanos somos re-complicados. Pensamos que si no hay promesas de por medio, Dios no escucha. Ojo la promesa es un "trueque, mes das y te doy", Él no quiere ni necesita esto. Quiere una vida, una familia ordenada, la "gran promesa al Señor" por decir "así" es llevar un matrimonio que dialogue y enseñe a sus hijos, es decir una familia en paz y donde no falte el amor. Buscar quitar los odios y rencores, ello nos afea, entristecen y hacen mal. Dios no odia, perdonas...perdona incansablemente. No importa cuál es nuestra culpa, lo importante es no reiterarla más. Aquí está nuestra paz y encuentro con Dios.

Otra cosa "decimos yo soy muy creyente, rezo mucho", pero critico, peleo, hago mal... lamentablemente no se ha entendido la fe. Para ser muy creyente, y con oración válida es necesario "el amor al hermano", sin esto no hay amor al Padre celestial, así de sencillo, El es sencillo, nosotros los rebuscados. Quien pensaría que a esta altura de la historia, ocurrirían tantos desastres en la humanidad, Medio Oriente y Ucrania en guerra, sin perspectivas de paz. Cristianos, Judíos y Mahometanos creemos en el mismo Dios. Veamos una corta oración del presidente de Israel cuando se encontró con el Papa: “Señor de la paz, Divino Soberano, a quien pertenece la paz, concede paz, bondad, bendición, gracia, amor, respeto y misericordia”. Del presidente musulmán: "Oh Dios, trae la paz a la tierra de la paz. Danos oh Dios seguridad, paz, tranquilidad y fe, para nosotros y para nuestra gente". La Cristiana es la oración de San Francisco "Señor, haz de mi un instrumento de tu paz".

Después de este magnífico encuentro, que despertaba esperanza, hoy nos encontramos con una fría guerra donde mueren miles de miles. Tal vez también nosotros (perdonen) por nuestro mal comportamiento, somos culpables de la falta de paz, en donde quiera que estemos.

Oremos ciertamente, pero reveamos nuestra actitud con la familia, el trabajo, los amigos y donde Dios nos ha colocado. ¡Feliz domingo!

(Colaboración del padre José Quintana)

No hay comentarios:

Publicar un comentario