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domingo, 11 de mayo de 2014

CUARTO DOMINGO DE PASCUA O DEL BUEN PASTOR

Llegamos a este cuarto Domingo de Pascua, Jornada Mundial de Oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas, vemos el cariño de Jesús, su compañía, el estar a nuestro lado.


Ciertamente que Él habla de lo que era común a su pueblo, en este caso "las ovejas". San Pedro en 1 Ped 2, 25 nos dice "Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes”.

San Juan en el evangelio de este domingo, nos enseña con mucha certeza, Jn 10,3-4 “Él llama a las suyas por su nombre (usted y yo) y las hace salir. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz”.

Qué bueno será que en medio de tanto ruido y problemas, sepamos hacer el silencio necesario, para experimentar esa voz afectuosa y comprensiva nada menos que del mismo Jesús.

Jn 10,7 " les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas", es decir el único por medio del cual tendremos el reino, un reino que ya debemos gustar aquí durante nuestro alegre pereginar "siendo testigos y misioneros", más con la cordialidad, la caridad, la salida al encuentro del hermano, que con la boca.

No creo que Madre Teresa del Calcuta, San Juan Pablo II, San Luis Orione, Luther King o Mahatma Gandi, hayan utilizado muchas palabras, fueron su coherencia de vida, lo que ha impactado fundamentalmente, históricamente no lejanos a nuestro tiempo.

El querido Buen Jesús nos sigue animando, Jn 10,9 "Él afirma Yo soy la puerta, el que entra por mí se salvará... Pero yo he venido para que las ovejas tengan vida, y la tengan en abundancia".

No hay términos medios, Jesús es la puerta y por él entramos a formar parte del rebaño que somos sus seguidores. Él, la puerta, nos hace entrar en ese redil en el que lo único que desea es que estemos unidos.

Lamentablemente aún no hemos entendido el tema de la unidad "rezamos por la unidad de todos los cristianos", pero nosotros somos "sectas en nuestras parroquias", es decir separados.

La madre Iglesia santa por la Trinidad, pecadora por nuestros pecados, sin embargo es nuestra madre. No decimos "el iglesia", decimos "la iglesia", femenino sinónimo de madre amorosa.

Fue el venerable papa Pablo VI, quien instituyó este domingo del "Buen Pastor" para que roguemos pidiendo al que "todo lo puede", pero quiere que seamos humildes y pidamos.

La oración nace de un corazón confiado, esperanzado y humilde. "Señor danos pastores santos", decía en mi meditación del Viernes Santo "no nos critiquen", sean hermanos y ante los muchos errores que se pueden cometer, corríjannos, la crítica es destructiva, la corrección es buena y significa que somos hermanos.

Ningún sacerdote se ha de enojar si alguien con cariño le hace ver sus falencias, al contrario vamos a agradecer, sentimos que hay hermanos que nos quieren bien y por eso aconsejan.

Que desatino, si creemos que el sacerdote es "otro Cristo", y vamos en su búsqueda para la visita a enfermos, que bendiga la casa o nuestra persona, que nos dé al mismo Cristo en cuerpo, alma y divinidad, luego criticarlos es una grave contradicción, insisto corríjannos.

Es cierto que muchos Obispos por décadas han ocultado cosas aberrantes, que nos duelen, lastiman , la valentía del papa Benedicto XVI, destapó esa olla, el actual pontífice Francisco tiene la misma tesitura, nos duele esos acontecimientos, a sacerdotes y laicos, pero insisto no critiquen, eso va en contra del Evangelio, corrijan, sean hermanos fraternos, sinceros.

Perdón por tanto pecado en personas especialmente consagradas, pero de ahora en más recemos "Señor dadnos pastores santos" no muchos, pero "santos".

Perdón que reitere algo del comentario del día de nuestra Madre de Lujan. En 1960, nuestro país contaba con unos 22 millones de habitantes y unos seis mil sacerdotes, hoy la Argentina anda por los 41 millones de ciudadanos, pero sólo 4.500 sacerdotes en modo aproximado, en todo el país apenas 600 seminaristas. La cifra es escalofriante.

¿Por qué tanto en nuestra madre Iglesia, como en las Evangélicas o Judía entre otras, no hay pastores? La cosa es muy simple, familias que no rezan, familias desunidas, y es imposible que donde la falta la unidad familiar, surjan jóvenes que sientan el llamado del Señor, cuando tal vez, lo único que tengan es la experiencia de la discordia, la disolución y poca o nada de fe.

A pesar de todo esto les animo a orar sin desanimarse, esta es palabra de del Evangelio, Señor danos pastores santos, familias santas, laicos comprometidos.

Hay gente que se escuda en las palabras de Francisco, “los curas deben de ir a la periferia”, tienen razón, pero ya en el Concilio Vaticano II dice: "allí donde no puede llegar el sacerdote, debe hacerlo el laico” o el mandato de Jesús en el día de la Ascensión "prediquen a toda criatura y bautícela" esto es para todos, no sólo para sus Apóstoles, sabemos que en ese día de triunfo era infinidad de personas las que contemplaban al Señor.

Antes de terminar quiero aclarar algo, los sacerdotes no tenemos sueldo del estado, y perdonen, pero lo que un católico dona no alcanza para el mantenimiento del culto, pago de luz, agua, etcétera, por eso ante tan pocos sacerdotes se hace difícil ubicarlos. ¿Dónde están?, cómo cualquiera de modo especial en las mañanas, dando clases u otras tareas, para ganar su sustento, pagar su jubilación, y otros gastos comunes a cualquiera.

“Señor danos pastores santos”. ¡Feliz domingo!

(Colaboración del padre José Quintana)

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