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jueves, 9 de septiembre de 2010

ITATÍ: EL CONTRABANDO, PRINCIPAL SALIDA LABORAL PARA LOS JÓVENES

ANTE FALTA DE PUESTOS DE TRABAJO O CARRERAS TERCIARIAS

Los chicos, al no tener muchas opciones, se alistan en las fuerzas de seguridad o se dedican a tareas en las que peligra su vida. No tienen un espacio en el cual distraerse y los embarazos adolescentes son cada vez más evidentes. Desde la Viceintendencia afirmaron, sin desconocer la situación, que se trabaja por más educación.

Para muchas personas, el pueblo de Itatí sólo se representa a través de la Basílica de la Virgen Morena, donde año a año se dirigen miles de personas a pedir, agradecer o a rendir honores pero la localidad es mucho más amplia y, su realidad, compleja.

El pueblo, distante a 72 kilómetros de la capital correntina limita con Itá Corá, Mayor Martínez y General Díaz, del lado paraguayo, razón por la cual decir que el contrabando se naturaliza y es una fuente de trabajo, no es algo ilógico.

La población de Itatí se reparte en materia laboral con personas (un gran porcentaje) que trabajan para la administración pública, otros que se dedican a pequeños emprendimientos hoteleros (hotelería, cabañas, gastronomía); dado que el pueblo recibe en numerosas oportunidades visitas de todo el país y hasta de países vecinos; por las fiestas patronales o en busca del deporte del silencio, la pesca. Los chicos, en este caso una gran porción de la localidad estable del pueblo, terminan la secundaria y no tienen nada más que hacer que, con suerte, trabajar, o para la administración pública o alistarse en las fuerzas. No tienen una escuela terciaria o algún que otro instituto publico o privado para aquellos que decidan continuar capacitándose. En el pueblo hay cuatro escuelas primarias y dos secundarias. Por el momento, existen posibilidades de que se abra una carrera con salida laboral de técnico en computación, pero no hay nada seguro.

Aquí es donde el diablo mete la cola, como se dice habitualmente, o donde se aprovechan de la necesidad de la gente. “Existe toda una red estrictamente organizada para sostener el contrabando en la zona”, indicó una fuerte reservada a “época”.

En el censo del 2001 la localidad religiosa arrojó un número de habitantes de 9 mil, pero ahora con el crecimiento demográfico que presentó en los últimos años se podría hablar de 12 mil habitantes (incluidos los de la zona rural).

En las dos últimas semanas se publicaron noticias sobre chicos que transportaban, envueltos en sus cuerpos, ladrillos de marihuana; al parecer serían menores de edad de entre 14 y 17 años y los principales destinatarios de este “trabajo” de “maleteros” o “chicos mula”. Al ser una zona de frontera los chicos y jóvenes son utilizados para hacer este paso fundamental en una red organizada de contrabando. Se eligen chicos diminutos o de bajo peso y se los envuelve con los ladrillos (de marihuana) o cajas (de cigarrillos) para hacerlos pasar por los distintos controles de Gendarmería y otras fuerzas encargadas del contralor costero y sobre el corredor vial de la Ruta Nacional 12. En este caso en particular la combi fue interceptada en San Cosme pero provenía de Itatí, y los menores fueron entregados a su madre para su custodia.

“Los chicos cruzan y del otro lado están los armadores, ellos son el último paso”, dijo una fuente a este medio. Citando un estudio de campo que se realizó de diciembre del 2007 a abril 2008 sobre la problemática: la juventud se convirtió en un sujeto heterogéneo, expuesto a diversos grados de vulnerabilidad y exclusión, caracterizado por la desocupación, el abandono escolar y la falta de perspectiva de futuro. Esta situación castiga con mayor rigor a los adolescentes en situación socioeconómica vulnerable.

Según algunas estimaciones, las grandes ciudades como Rosario y Buenos Aires, serían las destinatarias pero con esto no se quiere decir que algún porcentaje quede en la provincia y en todos aquellos puntos por los que pasa el cargamento, hasta llegar al destino final. “Hay droga y nosotros la vemos”, dijeron al unísono alumnos de una escuela secundaria ante la consulta sobre la existencia o no de estupefacientes en la zona.

Diario Época

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