Más allá de los que piensan en las ganancias económicas y cuestiones organizativas, o si hubo más o menos gente, las fiestas en honor a la Virgen de Itatí siempre son un éxito, ya que son miles los fieles que llegan cada año a renovar su amor filial a la Madre de Dios, en su advocación de Nuestra Señora de Itatí.
Por sobre los intereses económicos y organizativos, las “fiestas de julio” siempre son un éxito, más allá de una u otra gestión municipal.
María de Itatí es la que convoca a miles de peregrinos, promeseros y devotos que llegan cada año desde distintos puntos del país y de países limítrofes. Nadie puede llevarse los méritos de éxitos por la realización de una fiesta más que Ella, que hace más de cuatro siglos eligió este lugar para que sea su trono.
Es la responsabilidad del gobernante de turno, asegurar los servicios para que tantos visitantes puedan sentirse cómodos en el pueblo de la Virgen, para participar de una de las fiestas más populares y multitudinarias de la Argentina.
Hay que destacar la decisión del municipio local que liberó la plaza Fray Luis de Bolaños durante los festejos por los 114 años de la coronación pontificia de la Patrona de Corrientes, uno de los puntos más sensibles planteado en la Comisión de los Festejos de los 400 años de Itatí, no solo requerido por la comunidad itateña, sino también por los peregrinos, turistas y visitantes que veían como necesidad reordenar los alrededores de la Basílica y los lugares de acampe para que todos tengan oportunidad de llegar y vivir su Fe, en el santuario de la Virgen de Itatí, de manera ordenada.
Lamentablemente estas acciones no tienen continuidad ya que los puestos de venta han vuelto a ocupar la plaza.
Otro punto positivo fue el dispositivo de tránsito, implementado con inspectores locales y el cerramiento al acceso vehicular de las calles adyacentes al santuario, posibilitando el uso peatonal a los miles de turistas que nos visitaron.
Además se garantizó el corredor sanitario, posibilitando la rápida circulación de ambulancias desde los puestos ubicados en la peatonal hasta el nosocomio local.
El ingreso de los peregrinos también estuvo correcto, aunque los jinetes de San Luis del Palmar invadieron la plaza en su llegada, con los perjuicios que ocasionan. Es seguramente uno de los puntos en el que se deberá trabajar para una mejor coordinación con los organizadores de la centenaria peregrinación.
La limpieza de la peatonal y la plaza es otro de los puntos meritorios de la gestión actual, y la guardia permanente para que no se instalen carpas, haciendo respetar el espacio público, derivando a la gente a otros lugares designados para tal fin.
Un servicio de mayor déficit, como todos los años, fue el de agua potable, que colapsó con la gran demanda. Es una situación que se mantiene hace ya un tiempo y aún no se han podido lograr soluciones efectivas. También la energía eléctrica, ya que en la noche del 15, hubo un corte en el suministro por casi una hora.
En el ámbito religioso, algunos manifestaron que los números artísticos del Festival de la Fe del Peregrino no estuvieron a la altura de la fiesta, ni tampoco al de años anteriores en donde se supo tener a artistas de la talla de Los de Imaguaré y Mario Bofill, entre otros. Además el folclore “no es para el festival de la Virgen, queremos más chamamé” fue uno de los comentarios, en referencia al grupo Yacaré Manso, poco conocido y con poca aceptación por estas latitudes.
En definitiva hay varias cuestiones organizativas que se pueden mejorar, como el reordenamiento de los puestos de venta. Seguramente las autoridades responsables de hacerlo se abocarán en redoblar el esfuerzo para que los miles de visitantes puedan disfrutar y sentirse cómodos en las grandes celebraciones de la Virgen, que todos los años son un éxito.
Ya está el próximo desafío: la 35º Peregrinación Juvenil del NEA que se realizará durante los días 20 y 21 de septiembre.
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