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miércoles, 16 de julio de 2014

CELEBRACIÓN CENTRAL DEL ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE ITATÍ

Con un marco multitudinario se celebró la fiesta del aniversario de la coronación pontificia de Nuestra Señora de Itatí. Se realizó la procesión náutica y el encuentro con la Virgen de Caacupé. La misa solemne, en el atrio de la Basílica, fue presidida por monseñor Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes.


Como lo hace año tras año, la Reina del Litoral, la Virgen de Itatí, congregó a más de 250 mil personas, que llegaron de distintos puntos de nuestro país, Buenos Aires, Mar del Plata, Santa Fe, Córdoba, Salta, Jujuy, Chaco, entre Ríos Misiones, Formosa, Corrientes, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Además de los países vecinos de Paraguay, Brasil, Bolivia y Uruguay.

En horas de la mañana se realizó la procesión náutica y encuentro de la Virgen de Itatí con la de Caacupé acompañadas por embarcaciones de ambos países. En la costa miles de fieles contemplaron el encuentro y las recibieron con pañuelos y banderas en alto saludando el paso de las sagradas imágenes.

Luego dio inicio la procesión que rodeo la plaza de Itatí para culminar en la explanada, frente a la Basílica, con la participación de numerosas imágenes de santos patronos, San Luís Rey, la Virgen de Caacupé y la anfitriona, la Virgen de Itatí engalanada con flores blancas para esta celebración.

La misa la presidió monseñor Stanovnik, de la que participaron el rector del Santuario padre Roberto Simionato, el párroco de San Luis del Palmar padre Epifanio Barrios y el párroco de la zona del Ñeembucú (Paraguay) padre Gilberto Gómez Gauto, además de numerosos sacerdotes de distintos puntos del país. Participaron también las autoridades provinciales encabezadas por el gobernador de Corrientes Ricardo Colombi, el Vice Gobernador Gustavo Canteros, el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, el Senador Nacional Eugenio "Nito" Artaza, el intendente de Itatí y de San Luís del Palmar.

Luego de la celebración eucarística, con gran fervor los miles de peregrinos que participaron de la fiesta mariana, pudieron despedirse de la Madre celestial, haciendo la promesa con las sencillas palabras de "¡Hasta pronto, Madrecita!".
















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