El misterio de la Transfiguración tiene directa relación con la Cruz (Mt 17,1-9)
Sólo el evangelio de San Lucas nos cuenta el tema de la conversión. La Cruz de Jesús es un salir de esta vida, atravesando el "mar Rojo" de la pasión y llegar así a su gloria.
Moisés y Elías se convierten en figuras y testimonios de la pasión, aparece evidente que esta pasión está impregnada de la gloria de Dios y que se transforma en luz, libertad y alegría, en ese Jesús envuelto en luz brillante como el sol.
Él es la luz del mundo, y las presencias de Moisés (quien recibió las tablas de los diez mandamientos) y Elías (el más grande de los profetas) son la señal definitiva de que tanto la Ley como los profetas dan testimonio de que Jesús es el hijo amado del Padre.
El primer domingo después de Navidad, se nos presenta este relato y luego el 6 de agosto, al menos 3 veces en el año, para que entendamos.
"Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no merezco ser llamado hijo tuyo" (Lc 15, 21).
Decía el Beato Juan Pablo II "con la transformación interior se vence el mal, el egoísmo, las hipocresías y se hace prevalecer el bien".
Propósito: me esforzaré por ser especialmente amable con los que más me cueste, además daré algo para los más necesitados, rezaré por el Pueblo de Dios, en la solemnidad de San José, su patrono.
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