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miércoles, 18 de diciembre de 2013

COMENZÓ LA SEGUNDA PARTE DEL ADVIENTO

El 17 de diciembre comenzó la segunda parte del Adviento o semana solemne.


El Evangelio de Mateo 1, 1-17 habla de la genealogía de Jesús, tocando desde Abraham a José nada menos que 42 nombres, es decir, 3 generaciones: Abraham, padre de la fe de judíos, mahometanos y cristianos, Padre su padres adoptivo.

El objetivo del evangelista es demostrar que Jesús tiene una ascendencia humana, que desde siempre estuvo en la historia humana.

Para orar
A ti, Padre, levantamos nuestro corazón, transfórmanos, renuévanos, haz brillar tu rostro a esta Patria, a sus gobernantes, también a todos los que habitamos este suelo argentino. Amén.

El 18 de diciembre, la liturgia centra su mirada en San José Mt 1,18-24 a quien se le aplica el calificativo más grande de la Biblia "varón justo", es decir el que siempre hizo la voluntad de Dios, aún en los mementos más duros que le tocó vivir.

Para orar
A ti, Padre, levantamos nuestro corazón, transfórmanos, renuévanos, ilumina a tantas familias desunidas, para que encuentren el diálogo necesario y la paz. Amén. 

El día 19, se nos presenta el nacimiento de San Juan, Lc 1,5-25. Juan era pariente de Jesús, fue el cierre del antiguo testamento, el único profeta que vio al Salvador, es una figura importantísima en el Adviento, él nos ayuda con su vida a dar testimonio del Salvador. Tenía el famoso "olor a oveja", se mezclaba con todo el mundo.

Para orar
Danos, Padre, tu amor a nosotros y al mundo entero. De manera especial para los niños abandonados o víctimas de cualquier forma de violencia, también por los abandonados de sus propios padres. Amén. 

El 20 de diciembre, en Lc 1,26-38 la Liturgia mira la concepción de Jesús en María. Aquella muchacha morocha y petisa de galilea Dios por obra del Espíritu Santo, entra en el mundo. Jesús es el único hombre que viene a la historia sin necesidad de varón, es el momento oportuno de Dios, los cielos descienden a la tierra, y ambas se unen para siempre.

Para orar
Enséñanos Padre, a preparar sus caminos. Enséñanos a reconocerlo en cada persona, en los pobres y marginados. Transfórmanos para que dejemos la soberbia, la crítica y el desprecio. Amén.

(Colaboración del padre José Quintana Peña)

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